Por Adrián Fallas |25 de julio de 2022, 7:52 AM

Conforme se calman las aguas del periodo de agencia libre en la NBA, semanas en que los equipos contratan jugadores o los canjean, en el aire queda el futuro de dos estrellas. Se trata de Kyrie Irving y Russell Westbrook, de los Brooklyn Nets y Los Angeles Lakers, respectivamente.

La situación de cada uno de estos jugadores con su respectivo quinteto es clave para comprender cómo dos de los bases más famosos de la liga pueden estar cerca de cambiar de equipo.

Tanto Kyrie como Russell fueron parte de equipos que se quedaron lejos de cumplir las expectativas que había sobre ellos en la temporada 21-22.

Mientras los Nets llegaron a los playoffs, no estuvieron cerca de llegar a las finales, a pesar de tener en la planilla a Kevin Durant y James Harden.

En el caso de Russell sus compañeros en la duela fueron LeBron James y Anthony Davis, y aunque parezca increíble, esto no fue suficiente para clasificar a la liguilla.

Los números de cada basquetbolista son buenos. Irving promedió 27 puntos y Westbrook 18, con 6 y 7 asistencias por juego. El problema es cómo los obtuvieron.

Kyrie solo jugó 29 partidos, su negativa a vacunarse contra el COVID-19 le cerró la puerta de varios estadios y Russell tuvo malos porcentajes de concreción.

Mientras Irving apunta a ser pieza clave a cualquier equipo que llegue, Westbrook sigue sin aceptar que sus mejores años están en el retrovisor y que debe cambiar su estilo de juego para no perder vigencia en la NBA moderna.

El futuro de Durant y el de Kyrie.

La situación en los Nets es complicada. Durant ya anunció que quiere ser cambiado a otro equipo, lo cual podría dificultar que Irving sea movido. Lo que parecía ser un superquipo se empezó a diluir y a la fecha parece un experimento fallido.

Si Sean Marks, gerente general de Brooklyn, prioriza cumplir los deseos de Durant, Irving se quedaría en una institución que no luchará por un título.

Para los Lakers, el caso de Westbrook es un dolor de cabeza que no se resolverá fácilmente.

Reportes de prensa en los Estados Unidos indican que las tres luminarias de los angelinos desean jugar juntos, pero la negativa de James y de Westbrook de saludarse en un juego de exhibición es considerada como prueba de la fractura en el seno de los Lakers.

Amenos de que Russell se muestre capaz de ser productivo sin el balón en sus manos, es difícil encontrarle cabida en un equipo de la NBA.

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