Una esperanza en las aceras de la amargura

Víctimas del comercio sexual, un grupo de mujeres recibe una luz en el camino para salir de su vulnerable situación; gracias a una fundación que cree en ellas. 

Según la Policía Municipal de San José, en la capital de nuestro país, hay al menos 70 locales que generan actividades de carácter sexual. En estos lugares, hay entre 700 y 1200 mujeres en la prostitución. 

La fundación Casa Esperanza trabaja todos los días por sacar a esas mujeres de la actividad, brindándoles herramientas como: programas de estudio, capacitaciones, atención médica, psicológica y espiritual, así como medios para que puedan generar dinero sin tener que exponer su integridad física. 

Glenda Ávila y Jessica Hernández son dos testimonios de éxito. Ambas durmieron mucho tiempo en las calles y vivieron situaciones de mucho riesgo. Hoy las dos están insertadas en el mercado laboral y son ejemplo para muchas otras que creen que no es posible salir adelante.