8 de abril de 2013, 11:32 AM

 !Qué fácil es para los políticos hablar, pero cómo les cuesta cumplir!

Según ellos, ganan puntos prometiendo cualquier cosa que complazca a sus seguidores y al pueblo, sin darse cuenta del golpe de credibilidad que sufren cuando no cumplen lo prometido.

Ahora, le quieren dar la espalda a nuestros deportistas, porque no les quieren pagar el premio nacional deportivo Claudia Poll, aprobado en 1997.

Según esta ley, los deportistas costarricenses que ganen títulos o medallas en Juegos Olímpicos, torneos o campeonatos mundiales se les premiará con una cinta, una placa y una suma en efectivo equivalente a 100 salarios mínimos del puesto del director del Servicio Civil, es decir, ¢156 millones.

Desde que Claudia Poll ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1996, en 15 años ningún deportista costarricense logró llegar a la cima, hasta que Hanna Gabriel se coronó campeona mundial de boxeo en 2010 y Nery Brenes se convirtió en el campeón mundial de los 400 metros planos bajo techo hace menos de dos semanas.

!Dos campeones mundiales en poco más de un año! !Qué orgullo para un país pequeño y sin tradición deportiva como Costa Rica!

!Ahhhh! , pero ahora, cuando llega el momento de reconocer el enorme esfuerzo de estos dos deportistas, los políticos empiezan con excusas e interpretaciones a la ley, para no entregarles el dinero que les corresponde, no por decisión de un presidente, sino porque es ley de la República.

¿Qué 156 millones de colones es mucho dinero en época de crisis? No se, tal vez sí, tal vez no. No soy quién para juzgar, pero la ley es la ley, y todos tenemos que cumplirla, nos guste o no, empezando por supuesto por nuestros líderes políticos.

Dice la señora Presidenta, que como hay que sacar el dinero del premio del presupuesto nacional, sólo alcanza para uno y no para los dos.

¿A quién quiere confundir con esas palabras? ¿No hay 300 millones para pagar a quienes han puesto en alto el nombre del país en el mundo entero, pero sí hay ¢2.700 millones para viajecitos y viáticos de los funcionarios públicos?

¿Y que me dicen de los ¢625 millones que se gastará el Gobierno este año en actividades protocolarias, con vinitos y boquitas incluidas?

No señora presidenta, con todo respeto le decimos que unas cuantas recepciones menos, unos cuantos viajes menos, unos cuántos asesores menos y tendrá los ¢300 millones para premiar a nuestros dos campeones.

Un hombre y una mujer que llegaron hasta el podio mundial a base de mucho esfuerzo, empeño, constancia, dedicación, disciplina y hasta dolor, mucho dolor físico para superar a los mejores atletas del planeta.

Si usted, señora Presidenta. No es capaz de cumplir la ley y más bien trata de acomodarla a su manera, pues nos da vía libre al resto de los ciudadanos para que nosotros también lo hagamos.

¿A quien le gusta pagar impuestos? ! A nadie! Pero lo hacemos porque es la ley.

Así que nada de excusas y nada de cuentos, Hanna Gabriel y Nery Brenes son acreedores del premio, porque así lo manda la ley.

¿Que es mucho? ¿Que es poco? ¿Que sólo debería dársele a uno? ¿Que mejor darlo sólo cada dos o tres o cuatro años?

No sé, no tengo las respuestas, pero si algo no les gusta o no les parece, pues entonces que cambien la ley, mientras esté vigente señora presidenta, usted debería ser la primera en preocuparse y ocuparse, de cumplirla, al pie de la letra.