Empresas ecoamigables: un compromiso que se posiciona cada vez más en el país

Cada vez son más las empresas que buscan transformarse en ecoamigables, unas ya llevan años realizando el esfuerzo, otras ya dan sus primeros pasos, cada una busca, a su manera, reafirmar el compromiso con la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático.

“Existe un compromiso con el medio ambiente y con lo que queremos heredar a nuevas generaciones. Es responsabilidad de toda empresa maximizar y cuidad los recursos. Hay que crear conciencia en los trabajadores para que ahorren en el trabajo y en sus hogares. Procuramos el Impacto sea en cascada”, explicó Beatriz Tomeu, Gerente General de RostiPollos.

¿Qué beneficios se obtiene al trasformar un negocio de manera ecológica?

De acuerdo con Tomeu, al inicio “el tema de inversión es un aspecto que considerar. No todo se puede hacer a la vez. Pero si se plantea el proyecto en etapas y se miden los resultados, hay satisfacción, colaboradores orgullosos, clientes empáticos y además ahorros importantes”.

Precisamente, esta empresa costarricense desde hace nueve años trabaja para lograr que hoy en día sus 21 restaurantes sean 100% Bandera Azul Ecológica, certificado que les fue entregado hace unos días.

“Nos sentimos muy orgullosos de ser parte de un gran cambio. Esperamos que con los recursos que hemos adquirido durante estos procesos y mejoras, podamos seguir manteniendo la certificación, siendo cada vez más sostenibles. Invito a que otras empresas se unan, ya que los esfuerzos individuales hacen la suma por Costa Rica”, comentó la experta.

 Para obtener la Bandera Azul, se debe cumplir con ciertos requisitos, entre ellos:

•          Probar una disminución en el consumo de electricidad, agua y combustibles fósiles.

•          Presentar resultados de aguas residuales.

•          Gestión de residuos orgánicos e inorgánicos, reciclaje de vidrio, papel, cartón y plástico.

•          Gestión de aceite quemado (reutilización).

•          Voluntariados y capacitaciones a la comunidad y al personal.

“Hay que aportar nuestro ‘granito de arena’. Con inversiones de mayor impacto a menor, los resultados se ven de inmediato traducido en ahorros que aportan beneficios en la última línea. Además, como los colaboradores aprenden de ahorro, eficiencia, vertido, reciclaje, entre otros, ellos también ahorran y se comprometen más. Así impactamos no solo la empresa, sino la economía de nuestra gente y por supuesto nuestro medio ambiente”, concluyó la empresaria.