Por José Fernando Araya |10 de octubre de 2021, 17:55 PM

Había que ganar a como diera lugar y así fue. La Selección Nacional se dio un baño de confianza al conseguir una remontada 2-1 ante El Salvador en una victoria que por pocos creían al final de la primera mitad y que se gestó con mucha actitud en la complementaria.

Se tuvo que esperar hasta el quinto partido de la octagonal para conseguir los primeros tres puntos, pero son todo un bálsamo de esperanza en la lucha mundialista.

Al revés de lo mostrado en otros partidos, La Sele esta vez no tuvo un gran primer tiempo y mejoró mucho (sobre todo en garra y actitud) para la complementaria al punto de sacudirse de un gol de diferencia.

La Sele necesitó una cachetada de La Selecta para abrir los ojos. Al final de cuentas, una parte importante de la clasificación al Mundial de Catar estaba en juego en la gramilla del Estadio Nacional.

Ese gancho al hígado lo consiguió Jairo Henríquez al minuto 11 con un gran remate fuera del área que dejó sin respuesta a Keylor Navas, quien al final volvió a salvar a La Sele en un cobro de tiro libre y dejó otra postal para la historia. 

El 0-1 metió miedo a las 5.000 almas del Estadio Nacional que hicieron todos los esfuerzos para apoyar a La Sele.

La anotación de Henríquez “mordió” a la Tricolor que tomó las riendas del partido, pero su falta de definición fue lamentable en la primera parte.

La Nacional llegó a tener casi cinco tiros de esquina consecutivos, la mayoría desperdiciados, excepto un buen cabezazo de Celso Borges que fue detenido milagrosamente por Mario González.

Y cuando tuvo para el empate, Johan Venegas mandó a volar el balón por los aires.

Con la complementaria vino un cambio de actitud, pues no hubo cambios en el planteamiento.

La remontada comenzó temprano en la segunda parte. Primero fue el capitán, Bryan Ruiz, quien logró empatar el partido 1-1 por intermedio de un cabezazo tras un gran centro de Celso Borges al 51'.

Bryan lo gritó como loco, pues sabía lo que significaba esa anotación, además acabó con 591 minutos sin que la Selección marcara.

Siete minutos más tarde fue el propio Borges quien se encargó de cobrar un penal para sellar el 2-1, luego de que el portero González derribara en el área a José Guillermo Ortiz.

La hazaña estaba echa y la Tricolor ahora viajará a Estados Unidos, con el objetivo de pellizcar algo para acercarse a la zona de clasificación directa al Mundial.

Noche redonda para La Sele que no ganaba un juego eliminatorio desde el 2017 y que de paso lo hace con una remontada que tenía 25 años sin conseguir. Costa Rica revive y se mete en la lucha por el boleto.


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