Por Susana Peña Nassar |Por Álvaro Sánchez |20 de septiembre de 2021, 12:41 PM

La defensa de la dueña de la empresa H. Solís, Mélida Solís, tiene "una enfermedad grave, incurable y degenerativa". Por esa razón, sus abogados presentaron expedientes médicos y un informe detallado ante el Juzgado Penal de Hacienda y la Función Pública del II Circuito Judicial de San José.

Este trámite, conocido como “incidente de enfermedad”, pretende que la investigada por el caso “Cochinilla” pueda continuar apegada al proceso con medidas que no impliquen la privación de libertad.

Al parecer, Solís padece una enfermedad cardiovascular degenerativa y, según sus representantes legales, eso no le permite estar dentro del Centro de Atención Institucional (CAI) Vilma Curling, donde cumple cuatro meses de prisión preventiva.

“La gestión que ha hecho la defensa es un incidente de enfermedad, es algo muy distinto a un cambio de circunstancias. La defensa no está solicitando la libertad de doña Mélida, sino las condiciones del cumplimiento de la prisión preventiva frente un derecho a la salud y las enfermedades que tiene doña Mélida”, explicó Simón Angulo, uno de sus abogados.

“Como esto es una audiencia confidencial, nosotros no podemos dar detalles de las enfermedades o de los expedientes médicos de doña Mélida, pero sí le puedo decir que tiene una enfermedad grave, incurable y degenerativa. Precisamente, las circunstancias penitenciarias agravan la situación de ella y, evidentemente, deterioran su salud frente a lo que es el proceso, provocando degeneraciones físicas que podrían generarle una muerte súbita o incluso una incapacidad cognitiva para enfrentar el proceso”, agregó.

Actualmente, médicos forenses revisan la situación médica de la empresaria para brindar un reporte al Juzgado Penal. 

La defensa de Solís, por su parte, asegura que ella requiere atención médica constante y, en ocasiones, urgente.

“Lo que nosotros queremos es que doña Mélida se conserve en su estado de salud, sabiendo el sistema que tiene posibilidades de que su situación desmejore o que, incluso, no pudiera cumplir con el proceso ante una eventual muerte súbita”, finalizó Simón Angulo.

El defensor explicó que, en el pasado, las autoridades han concedido la posibilidad de salir de la cárcel a una privada de libertad celíaca, ya que no podían garantizarle sus requerimientos de alimentación. Angulo recalcó que la situación de la dueña de H. Solís es mucho más delicada, “con condiciones particulares que requieren una dieta especial y un cuido médico profesional que no lo puede atender el CAI”.