Por Luis Jiménez |16 de agosto de 2021, 10:08 AM

La Fiscalía pidió la pena máxima de cárcel contra un hombre de apellidos Sánchez Ureña, quien figura como el principal sospechoso de asesinar a Allison Bonilla y lanzarla a un botadero clandestino en San Jerónimo de Cartago.

Según el Ministerio Público, el sujeto merece una pena de 35 años de prisión por homicidio calificado.

Además, la representación fiscal solicitó que se extienda la prisión preventiva contra el imputado por seis meses más.

Este lunes, inició la etapa de conclusiones en el juicio que se desarrolla en los Tribunales de Cartago por el homicidio de la joven de 18 años.

“Son hechos sumamente graves porque hubo violencia brutal contra la víctima: primero la golpeó y luego la lanzó a un guindo, aprovechándose de que Allison iba caminando sola por una zona muy oscura y por donde casi nadie pasa. Él la botó como si fuera un desecho, basura, y no le importó”, dijo la Fiscalía.

Durante la etapa de conclusiones, la Fiscalía relató que durante los días de juicio quedó demostrado que había sangre de Allison en el carro del imputado, así como en la finca donde la trasladó antes de botar el cuerpo.  

También argumentó que, cuando fue lanzada al botadero y producto de la caída, la joven sufrió fracturas en costillas y huesos torácicos, según Medicatura Forense. 

Durante el desarrollo de las conclusiones, las autoridades confirmaron que solo hallaron una parte de los restos óseos de Allison: no se encontró la cabeza ni la columna cervical.

“Él sabía que lanzarla al precipicio nadie la iba a encontrar porque el botadero tiene una profundidad de 450 metros y durante seis meses no se pudo determinar dónde estaban los restos óseos de Allison, pero con toda la prueba que presentamos queda demostrada la culpabilidad del imputado sobre los hechos tanto testimonial y científica”, agregó la Fiscalía.  

En el botadero, las autoridades encontraron el fémur de Allison, así como la tibia y el peroné, los cuales tenían tierra adherida y hojas secas, también se halló un trozo de tela que pudo ser parte del pantalón que utilizaba la joven.

Según Francisco Araya, abogado de la familia de la víctima, el sospechoso Sánchez Ureña es el autor intelectual del homicidio de la joven. 

"El joven le dio muerte a Allison la noche del miércoles 4 de marzo de 2020. La prueba que se presentó en este debate fue abundante y, a mi juicio, la prueba más importante con la cual se resuelve este caso es la pericial porque determina el acto criminal con la que actuó el imputado. Se halló ADN en el carro del sujeto y en la finca donde la llevó antes de tirarla al botadero", indicó Araya. 

Los hechos

Allison Bonilla desapareció la noche del 4 de marzo de 2020 cuando caminaba hacia su casa en Ujarrás, Cachí.

Seis meses después, en setiembre, aparecieron sus restos en un botadero clandestino cerca de la zona, luego de que el principal sospechoso de su muerte declarara a las autoridades dónde los había tirado.

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