Por Juan José Herrera |30 de julio de 2021, 9:22 AM

La intención de Rolando Araya de llegar a la Presidencia pasará por la apuesta incierta de llevarse consigo el apoyo que recibió en la convención de Liberación Nacional al recién creado Costa Rica Justa.

Esta mañana el exministro y exdiputado anunció su segunda candidatura lejos de su histórica casa, luego de que en 2010, en medio de su primer exilio verdiblanco, buscara llegar a Zapote con Alianza Patriótica.

Su nuevo cambio parece sellar definitivamente su carrera en el PLN pero plantea además una inquietud: ¿Su vaivén político es una fortaleza o una debilidad?

“Es relativo, porque va a depender de cómo lo perciba cada persona. Para algunos podría ser un tema de esfuerzo, de “pellejearla”, de que si en Liberación no se dio hay que buscarla en otro lado, que es un tema de esfuerzo… Para otros podría ser considerado otra vez como alguien que no se comprometió a respetar el acuerdo de Liberación Nacional, un mal perdedor o cuestionar su compromiso partidario, aunque él mismo ha insistido que no ha cambiado sus valores, pero que Liberación Nacional sí”, dijo el analista político Alejandro Barahona.

“Entonces, en lugar de ser movimientos ideológicos, los partidos se vuelven espacios o cascarones de competencia electoral (…) Eso alimenta la cuestión de si es más fuerte el partido o el candidato”, añadió.

Para el también analista Sergio Araya, la apuesta del exministro es interesante, pues permitirá determinar si su inusitado apoyo en la convención verdiblanca fue un respaldo hacia él o un rechazo a José María Figueres, como muchos plantean.

“Muchos vieron en Araya esa figura para evitar que Figueres se convirtiera en el candidato, pero en el camino su discurso disruptivo pero con experiencia también convenció a otros, lo que sí es cierto es que es una apuesta riesgosa el decir si fuera de Liberación podrá amasar ese apoyo”, aseguró.

El experto cuestionó si lejos de las filas verdiblancas podrá conseguir la maquinaria que el mismo Araya aquejó cuando perdió la elección ante Figueres.

“El tema político cada vez está más centrado en las personas y menos en los partidos, pero no deja de ser cierto también que hace falta la maquinaria para ganar una elección y un ejemplo reciente puede ser el propio Juan Diego Castro, que tuvo notoriedad como figura pero amasó muy poco apoyo al final”, dijo Araya.