Por Deutsche Welle |29 de junio de 2020, 17:34 PM

Sr. Stoychev, este lunes la Asociación Internacional Gallup (GIA por sus siglas en inglés) publica su tercer informe desde el comienzo de la crisis de coronavirus. Se encuestaron cerca de 18.000 personas en 19 países, incluidos países europeos muy diferentes entre sí, como Austria, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Italia y Suiza, pero también en otros lugares del mundo como India o Estados Unidos. ¿Qué ha cambiado desde su último informe?

Kancho Stoychev: El temor a la infección de coronavirus sigue siendo grande en todo el mundo, pero también hay signos de disminución. Aunque el 40 por ciento de todas las muertes se registran en Estados Unidos, Gran Bretaña e Italia, la curva de infección está bajo control en estos países y se están levantando las medidas de protección contra el virus. No obstante, el temor sigue siendo alto: el 71 por ciento (EE.UU.), el 70 por ciento (Reino Unido) y el 79 por ciento (Italia) de los encuestados todavía temen que ellos mismos se contagien de COVID-19 o que alguien de su familia se enferme. En los 19 países estudiados, el 67 por ciento de las personas tiene miedo de infectarse y el 30 por ciento no.

Aparentemente, el miedo alcanzó su punto máximo a nivel global entre finales de abril y principios de mayo. Posteriormente vino un declive. Pero en países como EE.UU., Rusia, Japón, Malasia e India, esta curva sigue creciendo, mientras que en Austria, Bulgaria y el Reino Unido está disminuyendo significativamente. No así en Filipinas y la India: el 53 por ciento y el 49 por ciento de los encuestados, respectivamente, temen "fuertemente" que un miembro de su familia pueda contagiarse de coronavirus.

En torno a si la amenaza del virus es "exagerada", el 41 por ciento piensa que sí, mientras que el 54 por ciento considera que no. Esta percepción es más alta en Bosnia y Herzegovina (66 por ciento), Kazajstán (61 por ciento), Bulgaria (58 por ciento) y Moldova (58 por ciento). Pero tal vez Corea del Sur nos estaría dando una lección: solo el 15 por ciento de sus habitantes afectados por la pandemia piensa que la amenaza del virus es exagerada.

En el comunicado de prensa de la GIA se le cita diciendo que "no hay duda de que el retorno a la normalidad ha comenzado en todo el mundo sin la aclamada 'nueva normalidad'". Aquí en Alemania, la gente está en las calles, las tiendas están abiertas... pero, como todos los clubes nocturnos, casi todos los cines y teatros, la mayoría de los bares e incluso muchas galerías de arte siguen cerrados y además hay muy pocos turistas, ciudades como Berlín no solo están lejos de la normalidad económicamente, sino también en muchos otros aspectos. ¿Está seguro de que esta no es la "nueva normalidad"?

Nuestras observaciones se basan en los países donde las restricciones ya han sido levantadas completamente. Mi opinión sobre la muy discutida "nueva normalidad" es que consiste en algo inusual. El aislamiento en las sociedades siempre ha sido y será inusual. El hombre es ser humano porque interactúa intensamente, y la interacción "en línea" es un logro que complementa nuestra interacción, pero no debe sustituir la realidad.

La educación no se trata solo del conocimiento que actualmente se transmite a través de Internet. Se trata de la interacción personal que no puede ser reemplazada por el aprendizaje a distancia. Las tareas de casa pueden tener resultados positivos, pero el trabajo diario es mucho más que eso, es una forma básica de interacción humana.

En su informe escribieron que el apoyo al gobierno para el manejo de la crisis de coronavirus sigue siendo alto en todas partes, pero también hay cambios significativos. ¿Qué ha cambiado? ¿Y dónde?

El apoyo a los gobiernos sigue siendo alto: el 63 por ciento de los encuestados apoya las medidas contra la pandemia, mientras que solo el 34 por ciento se opone a ellas. En países como Corea del Sur, Malasia y Suiza, el apoyo incluso está creciendo. En Kazajstán y Bulgaria, los niveles alcanzados entre marzo y abril se han mantenido más o menos iguales.

En contraste, en Japón (33 por ciento), Bosnia y Herzegovina (36 por ciento) y Gran Bretaña (38 por ciento) la aprobación es significativamente menor. Y la administración estadounidense del presidente Trump sigue recibiendo un 40 por ciento de aprobación (8 por ciento menos que en abril) pero el 55 por ciento se opone. En Rusia, el gobierno también perdió un 5 por ciento.

Ciertamente, la aprobación de las políticas de manejo de coronavirus por parte de los gobiernos depende en parte de si se tiene la situación bajo control. La opinión mundial está muy dividida al respecto: el 44 por ciento dice que el virus está bajo control, el 49 por ciento cree que no lo está. En cualquier caso, la diferencia de opiniones es sorprendente: oscila entre el 15 por ciento de los japoneses frente al 95 por ciento en Georgia que creen que el virus está bajo control.

Un punto en que la mayoría de los encuestados está de acuerdo es el impacto financiero del virus. En 14 de los 19 países encuestados, la mayoría dice que sus ingresos familiares han disminuido. Las familias en Filipinas (88 por ciento) y Pakistán (87 por ciento) son las más afectadas.

¿Cuándo esperan los entrevistados que la vida vuelva a ser como antes del coronavirus?

No hay una imagen clara. El 41 por ciento de los encuestados cree que todo volverá a la normalidad a finales de año; el 47 por ciento no está de acuerdo. Los más optimistas son los habitantes de Kazajstán (65 por ciento), Bulgaria (61 por ciento), Malasia (60 por ciento) y Pakistán (59 por ciento), mientras que tres de los miembros del G7 -Japón (11 por ciento), EE. UU. (28 por ciento) y el Reino Unido (20 por ciento)- son los más escépticos. El optimismo sobre la normalización parece depender de cómo la gente percibe la crisis en sus países y las acciones de sus gobiernos.

En el comunicado de prensa usted escribe: "Algo nuevo está sucediendo, no en nuestros cuerpos, sino en nuestras mentes, y se asemeja mucho a una nueva religión, un nuevo culto igualitario". ¿A qué religión, o a qué culto se refiere?

La libertad y la igualdad son los cimientos fundamentales de nuestra civilización occidental. Es la esencia del pensamiento de la derecha política: "somos iguales en tanto somos libres". El concepto de la izquierda es el opuesto: "somos libres en tanto somos iguales".

A nivel global, la reacción frente a COVID-19 es más de izquierda: nuestra libertad está basada en el cuerpo como objeto sagrado; es decir, "somos iguales según nuestros cuerpos". El cuerpo es el nuevo culto que destruirá a nuestra civilización porque sacrifica la personalidad y los derechos fundamentales por los que muchos murieron.

Los virus no pueden eliminarse por completo, son parte de nuestras vidas. Si menospreciamos estos hechos, seremos víctimas de un culto con efectos devastadores.

Kancho Stoychev es Presidente de la Asociación Internacional Gallup (GIA), una asociación de investigación de mercado y opinión pública.