Por Susana Peña Nassar |4 de junio de 2020, 16:51 PM

“El cocobolo puesto en Europa es más caro, tiene un valor mayor que la cocaína”, así lo asegura Luis Diego Hernández, Fiscal Coordinador de la Fiscalía Ambiental.

El Ministerio Público investiga una red que se dedica a este negocio en Costa Rica, sobre todo en la provincia de Guanacaste. Por eso, no sorprenden decomisos como el realizado el 22 de mayo en la carretera Interamericana, en el tramo entre Cañas y Bagaces.

Ese día, autoridades ambientales de las Áreas de Conservación Arenal-Tempisque y Guanacaste detuvieron un camión que transportaba 1.300 pulgadas de madera en troza de la especie cocobolo, carga valorada en 6.5 millones.

“Por orden de la Fiscalía de Flagrancia de Liberia se procedió a decomisar el camión con la madera y dejar detenidos a los infractores para el respectivo proceso judicial por infracción a la Ley Forestal. Es importante resaltar que el conductor del camión de apellidos Rojas Esquivel es reincidente, ya que fue investigado en una causa en este año 2020, en la Fiscalía de Nicoya, por transporte ilegal de madera de la especie de cocobolo”, confirmaron en un comunicado de prensa.

El chofer iba acompañado de otro hombre de apellidos Obando Obando, ambos vecinos de Caimital de Nicoya.

“Este caso es uno más de los decomisos realizados a la red organizada que opera en la zona de Bagaces y Cañas, dedicada a la extracción y trasiego ilegal de madera de la especie Cocobolo”, informaron los funcionarios del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC).

La Fiscalía Ambiental tiene una investigación en curso, pero no es tan fácil: los casos se estudian individualmente para tratar de establecer las conexiones.

El ‘boom’ de la madera preciosa

El cocobolo (Dalbergia retusa) es una especie que se encuentra en toda la región centroamericana. En Costa Rica, su uso tradicional está vinculado a las artesanías, dentro del territorio nacional es una madera poco procesada debido a sus características.

“Es muy poco procesada, por no decir que no tiene ningún nivel de proceso en las industrias de Guanacaste, debido a su dureza y densidad, provoca que se desafilen y se desmejoren rápidamente las máquinas de los aserraderos”, explicó Francisco Ramírez, director de Recursos Forestales y Vida Silvestre del Área de Conservación Guanacaste.

La especie está incluida en los Apéndices de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) y, por lo tanto, su exportación está prohibida a menos de que se extraiga de plantaciones determinadas y cuente con los dictámenes de extracción no perjudicial. China es uno de los principales mercados, según las autoridades.

“Es una madera muy fina que tiene propiedades físicas y mecánicas que son muy perseguidas para la elaboración de ciertos productos que tienen un altísimo valor, principalmente en los mercados asiáticos”, dijo Ramírez.  

“He escuchado que lo usan en la elaboración de bastones, de mangos de paraguas, de ese tipo de cosas que son muy vistosas y requieren cierto grado de durabilidad, pero no tenemos conocimiento de la motivación del mercado para adquirir ese producto”, añadió el funcionario.

Por su parte, el Fiscal Hernández reveló que el cocobolo “es valioso en el mercado asiático con fines de rituales religiosos, se le considera una madera preciosa y con un valor en rituales espirituales”.

Independientemente de su uso, es un hecho es que los compradores pagan hasta un 1000% más si se compara con otras especies del bosque o de terrenos de uso agropecuario. ¿Por qué? Porque “no se paga por volumen, no es por cuantos metros cúbicos tiene el cargamento, sino por peso y específicamente sobre el peso de lo que conocemos como el corazón del árbol”, explicó el experto.

El aprovechamiento y el comercio ilegal del cocobolo se ha incrementado. Solo el año pasado se interpusieron nueve denuncias por este delito, se decomisó un camión, 30 trozas y 23 block de cocobolo. Este 2020 la cuenta va por dos denuncias, un camión y 1.800 pulgadas de madera en troza.

“Del 2014 al 2018 la incidencia fue altísima en los cantones de Liberia y La Cruz. Luego de ese periodo, de 2018 al 2020, la incidencia de tala y aprovechamiento ilegal de cocobolo se está concentrando en los cantones de Bagaces, Cañas, Abangares y después de eso en los cantones de la Península, principalmente”, reveló Ramírez. 

La Fuerza Pública y el Organismo de Investigación Judicial trabajan en conjunto con el SINAC y la Fiscalía: el objetivo es desarticular la red que se dedica a este negocio.