Por Bárbara Marín |6 de mayo de 2020, 12:47 PM

Jerarcas y expertos defienden la estrategia que ha utilizado el país en la detección de los casos de COVID-19 tras las declaraciones que emitió el presidente de El Salvador, Nayib Bukele.  Aseguró, en cadena nacional, que Costa Rica da una “falsa impresión” de aplanar la curva de contagios por las pocas pruebas que se realizan.

El Ministerio de Relaciones Exteriores expresó, mediante un comunicado de prensa, su preocupación por las declaraciones emitidas por el presidente Bukele.

"Sus declaraciones son imprecisas, no tienen ningún fundamento científico ni técnico", aseguró el Canciller Rodolfo Solano.

Solano afirmó que el país mantendrá de “manera inquebrantable su vocación histórica por promover dos grandes pilares: la institucionalidad democrática y el respeto absoluto a los derechos humanos”.

​Por otra parte, el epidemiólogo de la Universidad Nacional, Juan José Romero, señala que el sistema de salud costarricense es uno de los mejores a nivel mundial y que la estrategia por la que ha optado el país es certera y responde al comportamiento del virus.

Con más de 6.5 millones de habitantes, El Salvador contabiliza 633 casos positivos de COVID-19, según la Universidad Johns Hopkins. Bukele ha señalado, anteriormente, que el sistema de salud de su país se encamina al colapso.

Si se compara al país cuscatleco con Costa Rica, este “no cuenta con un sistema de salud universal ni solidario, no tiene acceso a Ebais y ni siquiera cuenta con las capacidades diagnósticas como las nuestras”, añadió el experto en epidemiología.

Incluso, Romero comentó que, aunque no se realicen pruebas masivas, si existe el dato contundente que señala solo seis muertes y pocos pacientes en cuidados intensivos, lo que es reflejo de un buen trabajo.

¿Cuál ha sido la estrategia en Costa Rica?

Las autoridades de salud han optado por una estrategia mucho más selectiva. La doctora Angie Cervantes, del Centro de Coordinación de Operaciones COVID-19, aseguró en un reportaje del programa 7 días que resulta más certero aplicar pruebas a personas sospechosas, sintomáticas y a sus respectivos círculos de contacto porque da una mayor garantía de contener la propagación del virus SARS-CoV-2.

Es decir, resulta más oportuno ocuparse de las personas que ya manifiestan síntomas o que indiquen que han estado en contacto con alguien positivo de COVID-19, en lugar de iniciar con las pruebas masivas sin tener un rastro de sospecha.

Por otra parte, las autoridades no descartan la posibilidad de realizar pruebas masivas, sin embargo, han indicado que todavía no es el momento.

Daniel Salas, jerarca del Ministerio de Salud indicó que la vigilancia y las pruebas para detectar contagios en Costa Rica se han ido ampliando conforme el paso del tiempo, el conocimiento y la evolución epidemiológica, lo que ha permitido mayor eficiencia.

Costa Rica tiene un índice de positividad del 6%, es decir, por cada 100 personas que son muestreadas únicamente 6 resultan infectadas, según informó el ministro Salas durante la conferencia de prensa este miércoles, por lo que afirmó que en nuestro país “no hay propagación comunitaria de Covid-19”.

Además, indicó que la vigilancia y las pruebas que realizan las autoridades sanitarias involucran 7 estrategias: 1- Muestreo agresivo en posibles focos. 2- Control de casos importados (Personas que ingresen al país en vuelos aéreos y transportistas).                 3- Vigilancia centinela en 18 localidades para conocer la circulación de virus respiratorios. 4- Vigilancia en 33 zonas de riesgo con alta densidad poblacional y con comportamiento migratorio irregular. 5- Índice de positividad. 6- Canales endémicos a nivel nacional y cantonal. 7- Impacto en servicios de salud.

Actualmente, se considera como sospechosa a toda persona que tenga infección respiratoria aguda o grave, fiebre y algún otro síntoma de resfriado. También aquel que tenga algún historial de salida del país en los últimos 14 días o que indique haber estado en contacto con alguien positivo de COVID-19 y quienes tengan alguna distorsión en el olfato o en el gusto.

La mayor dificultad que tienen otros países para realizar pruebas masivas se debe a la escasez de los recursos económicos, pero en nuestro país existen cuatro diferentes tipos de tecnologías para realizar pruebas y se ejecutan a entre 400 y 500 pacientes al día.

Entre las pruebas se cuenta con las serológicas, pruebas en secreciones del tracto respiratorio y la reacción en cadena de polimerasa (RT-PCR), siendo esta última la más importante por su gran especificidad.

Las pruebas se pueden realizar en Inciensa, la CCSS y algunos hospitales nacionales como en el Calderón Guardia, San Vicente de Paúl en Heredia, Monseñor Sanabria en Puntarenas y en el Hospital San Carlos.