Este lunes, durante su discurso de rendición de labores 2019-2020, el presidente de la República Carlos Alvarado afirmó que promoverá el cultivo del cáñamo. Mencionó esta  opción como parte de la reactivación económica tras la pandemia de COVID-19. 

“Impulsaremos el cultivo del cáñamo para reactivar el sector productivo, con todas las garantías y seguridad”, dijo el mandatario sin entrar en detalles. 

Esta propuesta coincide con un proyecto presentado, hace varios meses, por varios diputados; entre ellos Roberto Thompson, del Partido Liberación Nacional (PLN), María Inés Solís, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), y Zoila Rosa Volio, independiente. 

Los legisladores pretenden generar un marco jurídico para la explotación controlada del cáñamo "para efectos medicinales, básicamente", aclaró el verdiblanco. 

"Nos satisface, por un lado, que el Presidente de la República lo haya considerado importante en esta coyuntura. Nos extraña, eso sí, que sea hasta ahora porque perdimos una oportunidad de oro de haber avanzado en la discusión en el periodo de sesiones extraordinarias donde no fue convocado (...) Costa Rica tiene todas las condiciones, sobre todo climáticas, para poder desarrollarla (la industria)", agregó Thompson. 

Por su parte, Volio destacó la versatilidad del cultivo: "se puede sacar plástico, bioplástico, bumpers de carros, se construyen casas con este tipo de materiales, hay toda una industria textil (...) No tiene el componente psicoactivo del THC, que es propio del cannabis (la marihuana), ya que el cáñamo y el cannabis se ven igual, solamente que su composición genética y química es diferente". 

Según estimaciones, su demanda ronda los $2 billones. "Es un cultivo que podría generar inversión extranjera, generar empleo, generar exportación y un encadenamiento de microempresas que podrían procesar todos los productos", aseguró la diputada. 

Guillermo Araya, exdirector del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD) también ve la propuesta con buenos ojos; pero hizo mayor énfasis en la necesidad de agilizar los trámites de inscripción de los productos que se manufacturan y que se venden con principios activos de CBD (sustancia extraída de la flor del cáñamo, permitida en el país).

"Es importante que esos procesos de inscripción sean más ágiles, ya que eso puede dar una gran apertura a lo que es la comercialización y los beneficios que se pueden tener de estas sustancias", amplió Araya.  

¿El cáñamo y la marihuana son lo mismo?

Ambas pertenecen a la misma familia del reino vegetal (Cannabis sativa); sin embargo, la Real Academia Española (RAE) define al cáñamo como una hierba cultivada, principalmente, por la utilidad de su fibra. Por otro lado, la marihuana es para consumo de distintas maneras, principalmente fumada, ya que tiene propiedades estupefacientes o terapéuticas.

"Son variedades distintas. El cáñamo, para que sea rentable y poder sacarle el mayor provecho, es un tallo más grueso que el conocido del cannabis o marihuana. Entre más largo sea y más sol reciba, entre más impulso se le dé, se le saca mucho mayor fibra", explicó el exdirector del ICD. 

Mundialmente, el cáñamo se ha cultivado y moldeado con el fin de obtener materias primas (semillas, aceite, fibra, celulosa, entre otas).