Por AFP Agencia |30 de marzo de 2020, 5:15 AM

Donald Trump dio marcha atrás el domingo sobre la posibilidad de una reducción de las restricciones destinadas a frenar la propagación del coronavirus en Estados Unidos, y reconoció que su país aún no había experimentado el pico de la pandemia, que continúa matando a cientos de personas en Europa, especialmente en Italia, España y Francia.

"Las proyecciones indican que el pico en la tasa de mortalidad probablemente ocurrirá en dos semanas", dijo el presidente desde los jardines de la Casa Blanca.

Unas horas antes, uno de los especialistas estadounidenses más eminentes en la enfermedad, Anthony Fauci, también asesor del presidente en esta crisis, había reconocido la gravedad de la epidemia.

Fauci mencionó la posibilidad de que "entre 100.000 y 200.000" personas podrían morir por esta pandemia, que actualmente ha dejado casi 2.500 fallecimientos

Estados Unidos ya es el país con el mayor número de casos confirmados, alrededor de 140.000.

El COVID-19, contra el cual no existe aún una vacuna o un tratamiento probado, ha provocado la muerte en todo el mundo de más de 33.000 personas y más de 3.000 millones permanecen confinadas, voluntariamente o por la fuerza.

En Europa, donde se concentran dos tercios del total de fallecimientos en el mundo, las autoridades sanitarias esperan acercarse al pico de la epidemia.

Desaceleración en Italia

Entre el sábado y el domingo, España registró 838 muertes, un nuevo récord, por tercer día consecutivo, de muertes en 24 horas. El total de decesos llegó a 6.528.

"Nuestro problema fundamental en este momento es asegurar que las unidades de cuidados intensivos no estén saturadas", resumió el director del Centro de Emergencias de Salud, Fernando Simón.

"Mi unidad está completamente llena, cien por ciento. No podemos admitir un paciente más", dijo a su vez Eduardo Fernández, un enfermero de una unidad de cuidados intensivos de Madrid, él mismo en licencia por enfermedad después de haber dado positivo al SARS-Cov-2.

En Italia, el país que registra el récord mundial de muertes (10.779, sobre un total de 97.689 casos registrados), el confinamiento comienza a producir resultados alentadores después de tres semanas. 

"En todos los departamentos de emergencia ha habido una reducción" en la llegada de pacientes, declaró Giulio Gallera, jefe de salud en la región de Lombardía, al norte del país, la más afectada.

Seis meses

En Estados Unidos, el cierre de sectores completos de actividad ya está causando desempleo masivo.

Donald Trump había afirmado a principios de esta semana que la economía de Estados Unidos podría comenzar a reactivarse antes de Pascua, el 12 de abril.

El presidente esperaba entonces anunciar a la brevedad una relajación de las recomendaciones del gobierno para mantener distancia social.

Pero tuvo que retroceder, y alentó a los estadounidenses a quedarse en casa por otro mes.

"Extenderemos nuestras recomendaciones hasta el 30 de abril para frenar la propagación" del virus, dijo el presidente.

En América Latina donde se registran 338 muertes y 14.462 personas, dos cruceros ingresaron este domingo con un rumbo incierto al canal de Panamá con cuatro muertos y varios afectados por COVID-19, mientras que Argentina y Guatemala anunciaron la ampliación del aislamiento obligatorio.

La epidemia también se está acelerando en Reino Unido, con 1.228 muertes sobre un total de alrededor de 20.000 casos confirmados.

"Sabemos que las cosas empeorarán antes de que mejoren", advirtió el primer ministro Boris Johnson, quien se contagió del virus, instando a la gente a respetar el encierro general que se estableció el lunes por la noche durante tres semanas.

Las autoridades de salud británicas han advertido contra un levantamiento prematuro de la contención, diciendo que la población no puede volver a una vida "normal" antes de seis meses.

Enfermos evacuados

Ante la afluencia de pacientes en los hospitales y la inminente escasez de equipos, Francia (más de 2.600 muertos, incluidos 292 en las últimas 24 horas) ha ordenado la fabricación de mil millones de máscaras y planea casi triplicar el número de camas afectadas a la reanimación.

Un avión militar alemán y un helicóptero del ejército francés evacuaron a varios pacientes del este de Francia, donde la unidad de cuidados intensivos está saturada, hacia Alemania.

En este último país, donde el ministro de Finanzas de un Ejecutivo regional se suicidó tras manifestar su "preocupación" por las consecuencias económicas de la pandemia, los grupos Adidas y H&M despertaron indignación al anunciar su intención de dejar de pagar el alquiler de sus tiendas cerradas.

El gobierno de Países Bajos anunciará el martes si revisa su postura de rechazar la confinación obligatoria de sus 17 millones de habitantes. El total de casos de COVID-19 en el país superó el domingo la barrera de los 10.000, y los fallecimientos llegaron a 771.

"Morir de hambre"

En Rusia, que cerrará sus fronteras a partir del lunes, el alcalde de Moscú anunció el domingo un confinamiento general de la población de la ciudad.

Las autoridades de Irán, uno de los países más afectados, también han pedido a los habitantes que permanezcan en sus casas y advirtieron que las restricciones de viaje se extenderán. En 24 horas se conocieron otros 123 decesos, lo que lleva el total a más de 2.600.

China, donde estalló la pandemia en diciembre, cerró sus fronteras a la mayoría de los extranjeros desde el sábado y redujo drásticamente sus vuelos internacionales para evitar el regreso del coronavirus a través de casos "importados".

En los países más pobres, especialmente en África, las restricciones de viaje y actividad son difíciles de implementar.

En Zimbabue, agotado por dos décadas de crisis económica y financiera, el confinamiento de tres semanas a partir del lunes decretado por el presidente Emmerson Mnangagwa promete ser particularmente doloroso para sus 16 millones de habitantes.

"Pocas personas pueden pagar una comida diaria en tiempos normales", dijo un residente de la capital, Prince Gwanza. "Me temo que las personas morirán de hambre cuando estén aisladas en casa".

Consideraciones de este tipo han llevado a líderes del continente a renunciar a restricciones severas.

Una excepción es Nigeria, cuyo presidente, Muhammadu Buhari, ordenó el domingo el confinamiento total de las poblaciones de Abuja, la capital federal, y de Lagos, una megalópolis en expansión de 20 millones de habitantes. Los casos de COVID-19 en Nigeria se acercan al centenar.

No hay confinamiento en Angola, pero el país anunció sus dos primeras muertes el domingo por la noche