Por Rodolfo González |26 de marzo de 2020, 15:40 PM

Se abre el telón y se observa al ministro de Hacienda atendiendo a los periodistas y asegurándoles que entre las medidas que se analizan para enfrentar la crisis del coronavirus se planea impulsar un impuesto solidario que se cobraría a quienes ganen más de medio millón de colones. Se cierra el telón.

Nuevamente se abre el telón y se ve a la ministra de Planificación explicando ese impuesto en conferencia de prensa sin dar detalles de umbrales ni montos, pero sí apelando a la solidaridad para justificar la iniciativa. Se cierra el telón.

Se abre una tercera vez y se lee un mensaje en las redes sociales del Presidente Alvarado en el que dice que su gobierno no impulsará un impuesto solidario a quienes ganen 500 mil colones. 

¿Cómo se llama la obra? Para cuatro analistas se trata de una representación de la descoordinación que vive la administración Alvarado, la cual no es nada nueva y trae consigo severas consecuencias.

Se rompió la regla de  vocería en crisis

El experto en comunicación política Gustavo Araya fue enfático en que este jueves se rompió la regla de las vocerías en época de crisis, la cual establece, entre otras cosas, que los voceros deben estar definidos previamente y que esa definición se respete.

Araya apuntó a que todo parece que el ministro de Hacienda se adelantó en el anuncio y la que "quedó mal" fue la coordinadora del equipo económico (Pilar Garrido, ministra de Planificación), quien era la encargada de explicar la propuesta. Como el error fue mayúsculo el propio presidente debió aclararlo.

"Esta situación tiene varias consecuencias: primera, el plan ya nació muerto y segundo, ahora cualquier anunció de un ministro o ministra generará duda y se tendrá que esperar a que el presidente ratifique"  manifestó el analista.

Se repite lo de UPAD

Iván Barrantes, estratega en comunicación, recordó que algo parecido se vivió en la crisis de la Unidad Presidencial de Análisis de Datos (UPAD). En esa oportunidad, tras conocerse la publicación del polémico decreto que dada vida a la unidad, la ministra de Comunicación, Nancy Marín, apoyó y defendió su existencia, pero un par de horas después el presidente ordenó derogar el decreto.

"Fue prácticamente una repetición de lo ocurrido en aquella oportunidad, solo que esta vez echaron para atrás más rápido" dijo Barrantes

Las consecuencias, según él, no se quedarán en el ámbito de la comunicación, pues se pierde credibilidad en medio de la crisis del COVID-19, la cual está tocando lo político, lo económico y hasta lo emocional.

Menos credibilidad y capacidad de conducción

El politólogo Sergio Araya considera que esta contradicción permite dos escenarios posibles: 1) o cada uno de los ministros en su cartera hace lo que cree conveniente sin consultar a su jefe, o 2) los miembros del gabinete tendrán ahora el temor de que el presidente les "quite la tabla" si se nota en la ciudadanía una reacción adversa a una iniciativa. 

"En un momento de crisis como el que estamos viviendo, esto resta credibilidad y capacidad de conducción" manifestó Araya, quien coincidió con otros analistas que estos errores ha sido una constante.

¿Dónde está el piloto?

El politólogo Claudio Alpízar sostuvo que lo ocurrido el jueves demuestra la falta de coordinación que existe desde el primer día de gobierno.

Alpízar fue más allá y habló que hay una ausencia de liderazgo y lo ocurrido es fruto de tal cosa.

"Esto no me sorprende. No es la primera vez que ocurre. Es por eso que con frecuencia con el accionar de esta administración muchos quieren saber dónde está el piloto" sentenció el analista.