Por Julio Naranjo |7 de mayo de 2019, 6:14 AM

La noticia de que existen cerca de un millón de especies en peligro de extinción en el mundo no toma por sorpresa a los expertos en biodiversidad.

Según el informe de la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosostemáticos (IPBES), presentado esta semana por la ONU, la naturaleza se está deteriorando a niveles superlativos y esto pone en peligro la vida de miles de animales y plantas.

En territorio costarricense se puede encontrar el 5% de las especies que existen en el planeta, cerca de ocho millones según se detalla en el documento, por lo que nuestro país no escapa a esta amenaza.

Costa Rica tiene identificadas más de 120 especies en peligro de desaparecer, de las cuales 21 son mamíferos. Animales como el jaguar, la danta, el manatí, los chanchos de monte, la nutria y el mono araña, figuran en esta lamentable lista.

Además de los efectos asociados con el cambio climático, expansión urbanística y la agricultura que genera la transformación de los ecosistemas, los mamíferos además se enfrentan a la cacería inescrupulosa practicada por el ser humano.

“La cacería es una de las grandes presiones que tienen este tipo de animales, así como el desarrollo de carreteras donde se producen atropellos y o se electrocutan”, explica Carolina Sáenz, investigadora del Instituto Internacional en Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional (UNA).

Un caso particular es el jaguar, el felino más grande de América que ha visto reducido su hábitat en más de un 50%, lo que significa al mismo tiempo una disminución de las presas para su alimentación.

“La gente por temor y por mitos entienden que el jaguar es un animal peligroso y por este motivo lo cazan, incluso hasta por un tema de hombría, ya que de forma errónea en ocasiones matar un felino da cierto estatus”, señaló Sáenz.

Otra de las especies es la danta, la cual se puede encontrar en prácticamente todos los sitios del país, siempre y cuando tenga las condiciones adecuadas para alimentarse y reproducirse.

“Es otro de los animales perseguidos por la cacería. Por otra parte, al igual que los chanchos de monte, animal que se encuentra en la misma condición, requieren bañaderos donde se acicalan para limpiarse de parásitos, por lo que el tema de sequías puede afectarlos”, agregó la experta.

El manatí es otra de las especies acosadas, ya que su carne es muy demandada. También los perjudica el nivel de contaminación de las aguas, la erosión y los accidentes con motores de lanchas.

En el caso del mono araña, esta es una especie muy exigente con las condiciones del bosque. Viven en la copa de los árboles y producto de la deforestación, las poblaciones quedan confinadas en ciertos sitios.

“A pesar de la red de Áreas Protegidas que tiene el país, varias de ellas están quedando aisladas entonces no permite que estos animales se puedan transportar de un sitio a otro, lo que genera un problema de viabilidad genética”, concluyó Sáenz.

La cacería es considerada como un delito y según la Ley de Conservación de Vida Silvestre en Costa Rica, aquella persona que incurra en el mismo puede ser sancionado con multas e inclusive de uno a tres años de cárcel.