Por Janeth Valverde |24 de octubre de 2018, 5:34 AM

Olman perdió a su hermana y dos sobrinos tras el paso del huracán Joan, y a William la furia de la naturaleza le arrebató su casa y sus pertenencias aquel 22 de octubre de 1988.

Pese a que esta tragedia fue hace 30 años, aún recuerdan ese día como el más trágico de sus vidas.

Gerardo se consuela en el cementerio de Ciudad Neily, ahí visita muy esporádicamente la tumba de su esposa y dos de sus hijos.

Para ellos y para las decenas de personas que habitan en esta comunidad de la Zona Sur, ha sido difícil levantarse y salir adelante, y más cuando los recuerdos siguen latentes.

No hay duda que Ciudad Neily de Corredores quedó marcada por el dolor tras las pérdidas humanas y materiales que ocasionó el huracán Joan.

En esta ciudadela llamada 22 de octubre, en alusión a lo ocurrido ese día, hay cientos de familias que guardan sus testimonios de lo vivido, ahí están la mayoría de los que lograron sobrevivir.

Un pueblo humilde, de gente sencilla, luchadora y muy trabajadora pero un pueblo que teme cada vez que las autoridades del Instituto Meteorológico Nacional (IMN) informan sobre la cercanía de una onda tropical o que un sistema de baja presión afectará el Pacífico sur.

El paso del huracán Joan por Costa Rica permitió a las diferentes autoridades adquirir más experiencia y conocimientos para poder actuar con más tiempo ante la llegada de un fenómeno como estos.

Aunque el país no se libra de posibles afectaciones producto del algún fenómeno, es claro que no es la Costa Rica de hace 30 años.

Hoy se trata de utilizar todas las herramientas, personal humano y acciones preventivas para evitar que un hecho como este vuelva a generar el dolor en las familias costarricenses.