Por Adrián Fallas |29 de julio de 2017, 0:00 AM

Las 167 víctimas de trata de personas que han sido acreditadas en el país, según datos de la Coalición Nacional contra el Tráfico Ilícito de Migrantes y la Trata de Personas (Conatt) son la prueba más contundente de que la esclavitud sigue existiendo y que en el país la práctica es una realidad.

“Uno de los mitos que hay que hacer desparecer es que en el país esto no sucede”, aseguró Silvia Artavia del Equipo de Respuesta Inmediata (ERI), encargado abordar a estas personas una vez que son rescatadas.

“Creo que estoy en Costa Rica, me pasaron con otros hombres para que me lleven a otro lugar, por momentos me vendan los ojos, ojalá todo permaneciera así oscuro, sin ver y quedarme solo con mi silencio, ¿qué va a ser de mí? Escucho a mis hijos reír, ¿será que nunca más los veré? Hemos llegado al lugar, aquí te matan las ilusiones, las ganas de vivir, no puedo ni escribir lo que he tenido que hacer aquí para sobrevivir”, contó una de las decenas de víctimas que han sido abordadas en el país.

Si bien es cierto la mayoría de casos se trata de mujeres es falso creer que solo esta población es esclavizada, también hay hombres y este es un problema que no diferencia nacionalidades.

 

La trata de personas tiene varios fines. Aquellos que han caído en las garras de una red de este tipo pueden ser explotados sexualmente, laboralmente o en servidumbre o matrimonio servil.

También hay casos en que estas personas son utilizadas en actividades delictivas, extracción de órganos y hasta adopciones irregulares.

Artavia recordó que una víctima de trata de personas “es un objeto” en manos de los explotadores, que llegan a sus víctimas de varias maneras.

 

Trata de personas en Costa Rica

En el país la trata de personas es un problema que viene en aumento, tal y como lo confirmó Artavia.

En este 2017 se han certificado 13 casos, el mismo número que en el 2016.

Entre las detecciones que se han hecho este año el 55% de casos se refieren a un fin sexual. Además se han presentado instancias de adopción irregular y explotación laboral.

Artavia indicó que es necesario que la población se involucre en la detección de este tipo de crímenes.

“Una de las primeras cosas es dejar de creer que hay actividades que son normales en la comunidad. Por ejemplo la niña con el extranjero, eso no es normal y no puede ser parte de la cotidianidad de los pueblos y las comunidades y se debe denunciar”, explicó la experta.

También destacó que fincas donde la gente trabaja muchas horas y no cuentan con sus documentos o gente que no puede moverse con libertad son indicios de situaciones irregulares.

Con la intención de hacer visible la problemática la ONU, en conjunto con el Gobierno, el Conatt y la Dirección General de Migración y Extranjería impulsan la campaña del Corazón Azul.

Esta se desarrollará en el país en los próximos años y es un complemento a otros esfuerzos.

En Costa Rica además de la Fiscalía contra la Trata de Personas el Organismo de Investigación Judicial y Migración cuentan con cuerpos policiales dedicados exclusivamente al tema.

En la legislación nacional la trata de personas está tipificada como delito en el artículo 172 del Código Penal y acarrea penas de hasta 16 años.

Además desde el 2009 el Equipo de Respuesta Inmediata (ERI) se encarga de ayudar a quienes han sido victimizados para poder retomar su vida sin el peso de la esclavitud.

El ERI entre otras cosas se encarga de garantizar la protección, atención y seguridad de las víctimas.

Desde esta oficina ayudan a los nacionales y a los extranjeros a poner en marcha un proyecto de vida que incluye atención psicológica, ayuda para estudiar, conseguir trabajo y un lugar dónde vivir.

Las víctimas en Costa Rica no son solo nacionales, hay de países vecinos como Nicaragua y Panamá y de lugares a miles de kilómetros de distancia, como Congo en África o Albania en Europa.

“A veces quiero quitarme la vida, cerrar los ojos, sentir esa venda de nuevo en ellos y no ver lo que pasa a mí alrededor. Siento sus manos sucias, sus respiraciones. Me pregunto ¿por qué fui tan tonta?, ¿por qué creí en esa mujer?, pero pienso a la vez, no es mi culpa, tenía que hacerlo. Yo solo confié”, relata una mujer que vivió este drama y Artavia recuerda que “para ser víctima de trata solo se necesita ser persona”.

¿Dónde llamar en caso de sospecha?

  • Organismo de Investigación Judicial: 2295-3316, correo electrónico [email protected]
  • Policía Profesional de Migración: 2299-8023, correo electrónico: [email protected]
  • Secretaría Técnica CONATT: 2290-2703/ 2290-2723/2290-2734, correo electrónico: [email protected]
  • Secretaría Técnica ERI: 2290-2703/ 2290-2723/2290-2734, correo electrónico: [email protected]
  • Patronato Nacional de la Infancia: 2523-0843, correo electrónico [email protected]
  • Organización Internacional para las Migraciones: 2212-5304, correo electrónico [email protected]
  • Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados: 2296-6800

Fuente: Conatt