Por Deutsche Welle |8 de agosto de 2020, 20:42 PM

Dos frentes paralelos de diálogo político impulsados por los poderes Ejecutivo y Legislativo se abrieron este sábado en Bolivia para discutir la fecha de las elecciones generales y poner fin a los cortes de ruta impulsados por grupos opositores.

Mediante comunicado, la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, convocó a un diálogo el domingo a autoridades electorales y a actores políticos y sindicales para "confirmar la fecha electoral y suspender los bloqueos que están impidiendo el paso de oxígeno para los pacientes con COVID-19".

Áñez aludió a los comicios generales aplazados por segunda vez y previstos para el 18 de octubre, y a las protestas en rechazo a esa decisión que se desarrollan desde el lunes en seis departamentos del país.

Los convocados al diálogo son el Tribunal Supremo Electoral, la Central Obrera (la mayor organización sindical del país), los presidentes de la Cámara de Diputados y Senadores y los candidatos a la presidencia y vicepresidencia para las próximas elecciones.

"Este diálogo debe tener como observadores a los miembros de la Iglesia Católica", añadió la jefa de Estado. Por su parte; el Poder Legislativo, de mayoría opositora, encara también otra acción pacificadora cuyo primer resultado fue una reunión con el Presidente del Tribunal Electoral con quien se acordó que la fecha de elecciones generales será definida mediante una ley.

La instancia legislativa concertó también una reunión con los grupos opositores afines al expresidente Evo Morales (2006-2019) que mantienen varios cortes de ruta exigiendo que los comicios generales se celebren el 6 de septiembre.

Enfrentamientos

Luis Arce, candidato presidencial por el Movimiento al Socialismo (MAS), partido del expresidente Evo Morales, condicionó la aceptación del 18 de octubre como nueva fecha de elecciones a la aprobación de una ley, al compromiso de no volver a modificarla y a que el acuerdo final tenga aval internacional.

Sin embargo, el delfín de Morales no confirmó explícitamente si asistirá o no al diálogo convocado por la presidenta Áñez o si acudirá más bien a la instancia de negociación paralela que impulsa el Poder Legislativo.

En algunas zonas de Santa Cruz (este) se registraron enfrentamientos entre quienes bloqueaban las vías y grupos rivales. El gobierno también denunció que opositores que mantienen los cortes saquearon camiones que transportaban alimentos.

Ante el aumento de las tensiones, las autoridades bolivianas advirtieron sobre el uso de las fuerzas de seguridad para poner fin a los cortes de rutas. Los bloqueos están provocando no sólo cuantiosas pérdidas económicas, sino también riesgos sanitarios, pues impiden el paso de cisternas con oxígeno medicinal vital para atender a pacientes con coronavirus y con otras patologías.

Con 11 millones de habitantes, Bolivia registra casi 88.000 contagios de coronavirus y más de 3.500 fallecidos.