Por Natalia Jiménez Segura |28 de junio de 2020, 8:30 AM

En las últimas semanas, los contagios diarios de COVID-19 han superado los cien. Esto se podría interpretar como desobediencia de los costarricenses a las medidas dictadas por el Ministerio de Salud.

Sin embargo, para el ministro, Daniel Salas Peraza, el comportamiento de los ciudadanos no ha sido del todo malo. Incluso resalta “que es muy bueno el compromiso de la población”.

¿Cuál es el criterio del doctor Salas en un momento donde la transmisión comunitaria es inminente?

El jerarca también considera que hay personas que deberían abrir su visión hacia los escenarios de otros países.

“Esto no es un mito, no es ningunas ganas de meter miedo por parte del Gobierno, es algo real que está pasando en nuestros alrededores, que ocurre una vez al siglo, que es un virus muy transmisible y que si agarra fuerza puede traer problemas”, comentó.

El ministro de Salud confirmó que, respaldado en números de letalidad del COVID-19, Costa Rica continúa siendo un país muy privilegiado.

¿Hasta cuándo?, ¿qué involucra la nueva normalidad a la que nos enfrentamos?

Daniel Salas respondió estas y otras preguntas en una entrevista con Teletica.com.

¿En cuál fase de la pandemia estamos?

Nosotros estamos en una fase en la que predominantemente tenemos casos, conglomerados, transmisiones locales; pero se han logrado controlar y aislar. El escenario que seguiría es una transmisión comunitaria e incluso podemos decir que podríamos manejar dos diferentes modalidades: una donde hay una transmisión comunitaria localizada, donde todavía es factible hacer medidas de confinamiento locales para evitar una transmisión mayor y otra donde hay una transmisión amplificada, donde toda la gente consulta porque tiene síntomas cuando ese fenómeno comienza a expandirse por todo el país: sería el escenario más caótico y tendríamos, sin lugar a dudas, un aumento muy, muy, muy importante, casi que sobrepasado en los servicios de salud.

¿Estamos cerca de ese momento?

Conforme tengamos más casos, ese momento se puede acercar más. Justamente, se pierde la capacidad de captar todos los contactos cercanos y ponerlos en confinamiento; también los casos, porque habrá casos que no van a consultar, que van a tener cuadros muy leves, pero que sí pueden transmitir el virus a otras personas.


Esa es la complejidad, entre más casos se reporten, los contactos cercanos se multiplican por cinco o por 10 y eso pone un escenario mucho más complejo de contención.

¿Cuál podría ser un escenario favorable en medio de una situación complicada como esta?

En los países que han tenido una transmisión prácticamente libre, donde no han tomado medidas tan importantes como cierres o disminución de los aforos (Suecia), los estudios que se han hecho de cero prevalencia si acaso alcanzan un 5%, un 7% de toda la población que ya se ha expuesto al virus. Hay algunos estudios que son preliminares, pero que ya hablan de más o menos un 80%, un 85% de los que manifestaron síntomas, desarrollan anticuerpos efectivos contra el virus. 

¿Les preocupa que el número de hospitalizados esté subiendo?, ¿cómo cambia el manejo de la emergencia?

Hemos tratado de hacer todas las adecuaciones necesarias. Eso es mucho de lo que decide, también, tomar medidas mucho más agudas o intensas de restricción o cuarentena cuando ya el impacto de los servicios de salud se empieza a ver de una manera más acelerada. Claro que tenemos que ser más rápidos todavía en la respuesta, pero tratamos de no llegar a eso. Si ya estamos viendo una cantidad de casos, sabemos que existe un mayor riesgo de que un porcentaje de esas personas vaya a necesitar de una unidad de cuidados intensivos o cuidados intermedios.

Hay algunas camas que se pueden convertir a una UCI, no es una UCI como tal, pero sí con cuidados más fuertes de lo que es una cama normal de hospital. Por dicha la Caja y tener un sistema de seguridad social como el que tenemos permite esta flexibilidad, en donde podemos jugar con la red de servicios y eso es muy importante para el manejo eventual de la crisis.

¿Hay casos específicos que le llamen la atención con respecto al comportamiento del virus?

Sigue siendo el adulto mayor en el que tenemos que tener más cuidado de protegerlo. El hecho de la presión arterial alta, el tabaquismo, la diabetes mellitus, problemas con los lípidos han sido factores que hemos visto que se han presentado más en los pacientes complicados, la obesidad también.

En Costa Rica agarramos diez personas y poco menos de cinco tienen presión arterial alta; y agarramos a diez y de una a dos personas tienen diabetes mellitus.


En ese camino hacia la nueva normalidad, ¿cree que ha sido complicado llevar de la mano el tema sanitario con el tema del comercio?



Yo creo que no podemos perder el contexto de que estamos en un escenario que sea probablemente una vez en un siglo. El hecho de poder tener actividad comercial está totalmente supeditado a que tengamos un manejo adecuado de la parte sanitaria. Si tenemos decenas de muertos por día por COVID-19, la gente ni va a querer estar saliendo, van a estar encerrados en sus casas consumiendo lo mínimo, comprando lo mínimo y si tenemos un buen manejo de lo sanitario, lo comercial y económico pueden irse expandiendo.



Costa Rica sigue teniendo una posición privilegiada con una letalidad de las más bajas a nivel mundial, en las Américas es la más baja; pero no estamos viendo que tener ese manejo adecuado en la parte sanitaria ha permitido que mucho del comercio no se haya detenido del todo.



De todos los panoramas, ¿qué es lo que más le preocupa en el camino hacia la nueva normalidad?



El programa de apertura que nos hemos fijado va en un incremento de mayor riesgo a menor riesgo, entonces entre más actividades hayamos habilitado obviamente que el riesgo se incrementa.


Mientras que se cumplan todos los protocolos y haya un compromiso, las actividades pueden ser asumidas con bastante seguridad. Obviamente no existe un 100% de seguridad; pero si la población, supervisores y gerentes están vigilando constantemente que los protocolos se apliquen, el riesgo es mucho más manejable.



¿Cuándo se puede considerar que la emergencia sanitaria está controlada?



Controlada completamente no va a estar y posiblemente hasta que no tengamos una vacuna no podemos decir que esta situación está bajo control. Siempre va a haber un porcentaje de personas susceptibles. 

 

Del 1 al 100, ¿qué nota le pone a los costarricenses en el manejo de la pandemia?



Yo no diría que del 1 al 100, yo diría que muy bueno el compromiso de la población, muy bueno el compromiso del sector comercial y productivo, muy bueno todos los esfuerzos que ha hecho el Gobierno. Seguir en esa ruta del “muy bueno”, tirando más al excelente es lo difícil, porque hay un desgaste y porque las personas, como no están viendo las repercusiones directas en Costa Rica, se les olvida.





Ahí es donde yo les digo 'sálganse un poquito de Costa Rica', vean los datos de lo que está pasando en los países vecinos, vean los casos y muertes que se están dando por día. Esto no es un mito, no es ningunas ganas de meter miedo por parte del Gobierno, es algo real que está pasando en nuestros alrededores, que ocurre una vez al siglo, que es un virus muy transmisible y que si agarra fuerza puede traer problemas.