Por AFP Agencia |5 de junio de 2020, 10:34 AM

De nacer en un campo de refugiados en África a convertirse en una estrella en el fútbol mundial: Alphonso Davies, el joven prodigio canadiense de 19 años, demuestra día a día su madurez y esta temporada se ha afianzado como titular indiscutible en el poderoso Bayern Múnich.

Su historia comenzó en el año 2000 en Ghana, en un campo de refugiados insalubre. Sus padres habían escapado de la guerra civil de Liberia y su madre recuerda que tenía que pasar por encima de cadáveres a menudo para ir a buscar comida.

El pequeño Alphonso tenía cinco años cuando la familia fue autorizada a emigrar a Canadá. A Windsor (Ontario) primero y luego a Edmonton (Alberta).

La vida no fue fácil en ese nuevo país. "Después de los entrenamientos, volvía directamente a su casa para cambiar los pañales a su hermano y a su hermana, con apenas diez años, porque sus padres trabajaban y no tenían medios para pagar una 'babysitter'", recuerda su primer entrenador, Nick Huoseh, que se convirtió en su agente.

"Entras más rápido en el mundo de los adultos cuando tienes que preparar la comida a los más pequeños, mientras tus amigos están con los videojuegos", reconoce el propio Alphonso. 

"Mi padre se levantaba a las cuatro de la mañana y mi madre trabajaba de 22h00 a 8h00 de la mañana. Era duro pero éramos felices", apunta al recordar su historia, algo que le han pedido en numerosas ocasiones desde que empezó a hacerse un nombre como promesa del fútbol.

'Good Boy'

El fútbol se cruzó pronto en la vida de Alphonso. Su rapidez llamó la atención del gran club de Vancouver, los Whitecaps, que juegan en el campeonato profesional norteamericano, la MLS.

Su madre, preocupada por una desilusión futura, dudó al principio pero terminó cediendo, aunque le hizo realizar una promesa.

"Prometí ser un 'good boy' (chico bueno), mantener siempre los pies en el suelo y no olvidar nunca de dónde venía", recuerda.

Durante la interrupción de las competiciones por la pandemia del nuevo coronavirus, Alphonso Davies participó en una operación para reunir fondos para ACNUR, el alto comisariado de Naciones Unidos para los refugiados (UNHCR en sus siglas en inglés).

"La UNHCR me apoyó durante mucho tiempo, ahora llegó el momento de devolvérselo", comentó.

En Vancouver destacó por su precocidad: fue el jugador profesional más joven de Canadá con 15 años y el internacional más joven de ese país, con 16 años.

El director deportivo del Bayern, Hasan Salihamidzic, que recorre el mundo en busca de 'diamantes en bruto', se percató pronto de su talento y consiguió cerrar una gran operación para el club bávaro.

Davies fue fichado a finales de 2018 por 11,5 millones de euros. De repente, ese joven canadienses se encontró, con 18 años, entrenando con veteranos consagrados como Arjen Robben, su ídolo de infancia y también el de su padre.

"Era un honor inmenso, poder de repente jugar con él", admite.

'Seguro de vida'

Dos años después, Robben está retirado y el valor de Davies está estimado en 45 millones de euros. "No se puede imaginar ya al equipo sin él", constata Salihamdzic.

Su eclosión definitiva se dio en los primeros meses de esta temporada, cuando el técnico Hansi Flick tuvo la idea de reconvertirle desde labores más ofensivas a ser defensa lateral.

"Para nosotros es un seguro de vida, gracias a su velocidad", dice el entrenador. "Defensivamente es sólido y ofensivamente asume cada vez más responsabilidades", afima.

Recientemente, Thomas Müller le apodó "Bip Bip", en alusión al correcaminos, el célebre dibujo animado que por su velocidad escapa siempre a las trampas del coyote.

Pero Davies se ve más bien en el papel de superhéroe, especialmente el de Black Panther. "Me corresponde más", subraya.

Por el momento, su carrera está en el fútbol y en la Bundesliga, donde camina con paso firme con el Bayern hacia el título nacional.

"La vida es demasiado corta como para perder el tiempo y enfadarse o estar triste", afirma sin perder la sonrisa.