Por Susana Peña Nassar |21 de mayo de 2020, 11:23 AM

Unas 4.000 pulperías y otros negocios detallistas han cerrado sus puertas debido a la pandemia. Esta es una estimación preliminar que hace la Cámara Nacional de Comerciantes Detallistas y afines (CANACODEA). Aunque solo tienen 1.800 afiliados, en el país hay entre 12.000 y 14.000 comercios de este tipo, según la base de datos de empresas proveedoras. 

Según los sondeos realizados, entre un 20% y un 30% de establecimientos han sido golpeados por la pandemia de COVID-19. 

“Algunos nos han comentado que están ya cerrando o están próximos a cerrar por la misma situación de la emergencia sanitaria”, reveló Olga Vargas, directora ejecutiva de CANACODEA.

Entre los negocios afectados, además de las pulperías hay sodas, zapaterías y floristerías, negocios que venden al consumidor final. 

"En este momento, el problema del desempleo hace que los clientes no lleguen en la cantidad normal ni a hacer compras normales, sus ventas se han reducido (...) Los empresarios tienen que asumir altos costos de operación", explicó Vargas sobre los motivos de cierre. 

En el caso de mueblerías, ventas de vidrio y otros comercios, las ventas se han reducido hasta en un 90%. 

"Ni que decir de los bares que están cerrados desde el principio de la emergencia, hay una gran incertidumbre, no se sabe cuántos bares van a poder abrir sus puertas cuando el Ministerio de Salud lo indique", agregó. 

"Pequeños gigantes"

Este jueves inició una campaña que busca reactivar las ventas en pulperías, abastecedores y minisúper, generando confianza al consumidor. 

La iniciativa, llamada "Pequeños gigantes" es impulsada por el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), la Cámara de la Industria Alimentaria (CACIA), CANACODEA y 13 empresas privadas. 

“Es un homenaje a los detallistas que están con sus vecinos y sus familias cerca de sus casas todos los días del año. Su tamaño grande se mide en el servicio que prestan, las horas que dedican, los riesgos que corren, la atención personal, la ayuda al vecino, a las familias, tener los productos y servicios que los consumidores necesitan, dar fiado. Por su impacto positivo, exhortamos a los consumidores para que también sean gigantes y ayuden a nuestros detallistas a salir adelante”, manifestó la presidenta de la Cámara de Detallistas.

Según un estudio de la consultora FUNDES en Latinoamérica, el trabajo de las tiendas de barrio o pulperías representa casi el 50% de las ventas de alimentación en Costa Rica.