Por Juan José Herrera |21 de febrero de 2020, 15:54 PM

El calentamiento global es un aliado de la Naegleria fowleri, la ameba que ataca el cerebro y que en el último mes y medio ha reportado dos casos en Costa Rica.

Expertos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) han venido evaluando el comportamiento de este parásito que vive en aguas cálidas y que provoca la meningitis amebiana, una enfermedad con una tasa de mortalidad del 97%.

“Esta es una ameba a la que le gusta el calor, entre más caliente el agua, mejor. En décadas futuras, conforme la temperatura aumente, esperamos ver más casos”, aseguró el director asociado de la CDC Michael Beach en un informe del centro.

“Naegleria es un tipo de indicador de cambio climático”, añadió.

En Estados Unidos, donde históricamente las infecciones se han concentrado en los estados del sur, esta situación ha quedado demostrada en los últimos años con la aparición y proliferación de casos más al norte, por ejemplo en Minnesota.   

¿Qué pasa en Costa Rica?

La estadística indica que la probabilidad de infección por Naegleria fowleri es de una en 2.5 millones.

Aun así, en nuestro país se reportan dos casos en lo que va del año: el primero en enero con un joven de 15 años quien murió pocos días después y el segundo la semana anterior con una niña de cuatro años que se recupera en el hospital de Cartago.

“Se pueden estar juntando dos cosas: el azar juega un papel importante aquí, lo segundo es que en ciertas épocas o momentos del año puede haber una mayor población de Naegleria fowleri en el agua.

“Si uno revisa la estadística en EE.UU. los meses de verano son donde se acumulan la mayoría de casos, mucha gente podría decir que es porque hay vacaciones y más gente en esas actividades, cierto, pero también es que las aguas tienen una mayor temperatura”, explicó la doctora en Microbiología de la UCR, Elizabeth Abrahams.

La especialista, encargada de la investigación que comprobó la presencia de la ameba en aguas de Bagaces a raíz de ese primer diagnóstico, aseguró que en el caso puntual de Costa Rica aún es imposible hablar del impacto del cambio climático en la proliferación de la ameba.

“Yo lo que creo es que si por el momento en el país los tres casos que tenemos registrados han estado asociados a aguas termales (el otro fue en 2014), no podemos hablar en términos de que el calentamiento global incide en que aparezca en nuevos lugares.

“Con nuestros datos por el momento no podemos elucubrar o tirar una hipótesis de que en nuestro país los casos estén asociados a cambio climático”, añadió.

Abrahams aseguró que es imposible saber si ahora hay mayor cantidad de Naegleria fowleri en las aguas costarricenses pues nunca se ha realizado un estudio de este tipo.

“Para poder definir población hay que hacer estudios más profundos, no es solo medir presencia o no, es un trabajo más arduo y medido en el tiempo, monitoreado a futuro”, aseguró.

El estudio reciente de la UCR y otro del 2014 únicamente se enfocaron en comprobar la presencia de la ameba en una determinada zona.

El Ministerio de Salud anunció a inicios de esta semana que analiza prohibir de manera definitiva el ingreso de menores de edad a aguas termales, que es uno de los lugares favoritos de la ameba para reproducirse debido a la calidez del agua.

Junto a esto el Ministerio prepara un reglamento que incluirá la obligatoriedad de colocar anuncios de advertencia en centros de recreo de aguas termales que anuncien la posibilidad de la presencia del parásito, así como la prohibición de sumergirse o bien utilizar toboganes u otros instrumentos que impulsen a la persona al agua.