Por Juan Manuel Quirós Cavallini |23 de febrero de 2020, 8:00 AM

El miércoles 12 de diciembre del año 2018 se definió que Catalina Crespo sería la persona que tomaría el puesto que dejó Monserrat Solano vacante al aceptar una propuesta laboral fuera del sector público, desde ese día ya pasaron 14 meses.

En primera instancia la actual Defensora estudió un bachillerato en psicología, posteriormente realizó una maestría en educación, ya que como ella misma dice “la educación es demasiado importante” y finalmente, gracias a una beca en Estados Unidos, sacó un doctorado en sociología educativa.

Todos los conocimientos que obtuvo a lo largo de su tiempo estudiando, los puso a prueba en el Banco Mundial, el que fuera su anterior empleo antes de ser electa como Defensora de los Habitantes. En dicha institución se encargaba de prevención de conflictos y guerras en distintos países de África.

Catalina Crespo se define a sí misma como una apasionada por la defensa de los derechos humanos y, si siente que algo va a beneficiar a las personas, lo toma como una responsabilidad propia.

Deseosa de devolverle a la sociedad un poco de lo que esta misma le dio a ella en su momento y feliz de encarar los retos que la vida le ponga, Catalina Crespo habló con Teletica.com y a continuación usted puede leer sus declaraciones.

  • ¿Qué la motivó pasar de trabajar en el Banco Mundial a una institución de gobierno como lo es la Defensoría de los Habitantes?

Cambia bastante la forma de trabajar pero no necesariamente el tema. En el Banco Mundial yo estaba trabajando en la prevención de conflictos y guerras, y los países en que estaba trabajando eran países o que ya estaban casi en guerras civiles, o que estaban saliendo de ellas; y yo trabajaba en la parte de prevención, y en ese tema de prevención entrábamos a un país y le decíamos “vea esto es peligroso, sus instituciones se están debilitando, hay mucha desigualdad entre los grupos”, entonces hacíamos un diagnóstico y ayudábamos a muchos de los gobiernos para que no tuvieran guerras.

Eso también me permitió estar viendo en Costa Rica desde hace tiempo ciertas cosas, por ejemplo, lo que tiene que ver con cómo la institucionalidad costarricense ha perdido credibilidad con su gente, eso para mí es un problema muy serio, y una de las cosas por las que Costa Rica se ha caracterizado a través de la historia es que la gente cree que la institución le va a dar resultados; pero en los últimos años la gente está diciendo “la Caja no sirve, el Poder Judicial no sirve, ya no se puede creer en nada”, eso es una alerta roja importante.

Después estaba viendo en otros países que hay una gran desigualdad, y aún cuando la pobreza se ha mantenido en un rango muy parecido en los últimos años, la desigualdad está creciendo, no solo la desigualdad económica, sino una desigualdad de otro nivel. Hay desigualdad de oportunidades si usted nace en una zona rural o si usted nace en San José, una desigualdad de región entre la misma Costa Rica. El hecho de que en Costa Rica no todos tengamos las mismas oportunidades donde sea que nazcamos, eso para mí es gravísimo, entonces al ver todo esto yo dije “mirá es el momento para yo hacer una pausa, mi país es mi país”.

Aún cuando trabajaba fuera siempre venía cada que me permitía el trabajo, siempre había estado conectada con Costa Rica -aparte de que mi familia estaba aquí y uno siempre le tiene un amor a su país- entonces cuando yo veo que las cosas ya se están poniendo en una lucecita anaranjada, antes de que llegue a rojo, decido venir como costarricense a ayudar en lo que uno pueda; entonces por eso me vine para acá, yo viendo ya los puntos me dije  “este es un buen momento para ir a Costa Rica unos años y ver en qué ayudo, en qué puedo aplicar toda la educación y experiencia que mi país me dio la oportunidad de tener y ahora devolvérsela”.

  • ¿Le sorprendió cuando le dijeron que estaba en la terna de candidatos para ser Defensora?

No era si estaba sorprendida o no, más bien estaba agradecida porque mucha gente puede decir “bueno yo quiero ayudar y tengo un perfil idóneo para esto”, entonces uno espera estar en la terna, entonces más bien sentí un agradecimiento por estar ahí, un agradecimiento con la gente porque eso me permitía hacer el trabajo que yo quería hacer.

  • ¿Cuáles son las áreas en las que usted quiere enfocar más su trabajo?

Yo la forma en que trabajo es que trato de ir a ver qué es lo que está pasando en el país a nivel nacional, después en la institución, en qué ha sido fuete la institución trabajando, cuáles son sus habilidades y sus fortalezas, y otras áreas que tal vez no se han trabajado tanto. Entonces después de ver todo el panorama decidí sacar una estrategia para toda la Defensoría para los próximos cuatro años en tres áreas específicas, una que es el tema de pobreza, pero más enfocado en temas de poblaciones. Entonces estamos trabajando las diferencias entre zonas urbanas o zonas regionales y costeras, grupos específicos que son los más afectados por la pobreza que son temas de mujer, juventud y adulto mayor.

El segundo punto es trabajar en el tema de inclusión, esto significa que entre más exclusión exista, y que las brechas se hagan más grandes entre grupos y regiones, el país más en peligro está de que haya un conflicto interno y de que los derechos humanos no se protejan por igual.

El último punto es de que tenemos todos los datos de dónde se quejaba más la gente, dónde llegaban las denuncias, cuáles eran las instituciones de las que más denuncias recibíamos y que la gente más se quejaba que no le daba un servicio. Entonces ese tercer eje es para trabajar en cómo desde la Defensoría podemos pedir cuentas y fiscalizar para que las instituciones públicas den el servicio que les toca dar, pero basado en los datos que nosotros recibimos, y las pusimos en orden de lo que más recibíamos en la institución.

La idea es estar fiscalizando instituciones para que den el servicio que por ley les toca dar.

  • ¿Cómo está Costa Rica en comparación con los países en los que le tocó trabajar en resolución de conflictos?

Yo venía de países que estaban saliendo de tiempos de guerra, entonces no hay punto de comparación. Yo vengo a Costa Rica y digo, ¿qué es esta belleza de país? -con todo y sus problemas, porque hay que decir que nosotros tenemos un montón de problemas- pero tenemos un país donde la democracia está fortalecida, donde yo puedo decir lo que pienso y no me van a meter a la cárcel, donde los niveles de corrupción sí existen, es claro que hay, pero no se comparan con los niveles de corrupción de países de África donde yo trabajaba.

Yo sé que todos vemos nuestro país desde un punto diferente, desde nuestras experiencias, pero yo -por el lugar de donde venía- yo veo a Costa Rica y digo “este país es un país privilegiado y con un potencial enorme”, entonces eso hace más fácil el trabajo. Hay que trabajar para seguir manteniendo esos derechos que tenemos, pero eso conlleva dos cosas: yo tengo derechos, pero tengo deberes y esa combinación es lo que hace que el país sea exitoso.

Cuando me hacen esa pregunta siempre hago la salvedad de que yo venía de países donde había muchos conflictos y niveles de corrupción altísimos, y desde ahí es donde yo comparo Costa Rica y espero que nunca caiga en algo así, porque una cosa que he visto alrededor del mundo es que hoy podemos estar muy bien, pero en cuestión de unos años -ni siquiera décadas- un país puede caer en temas de conflicto, en temas de violencia grave, entonces ahí es donde siento que como costarricenses tenemos los derechos pero también tenemos la responsabilidad en los niveles de paz que hemos tenido.

  • ¿Qué ha sido lo más complicado en todo este tiempo en que ha estado en la Defensoría de los Habitantes?

Las trabas siempre hay, una de las que desde el puro principio nos ha costado es en el tema de mediación y diálogo social, que considero que Costa Rica tiene que trabajar más en eso, tenemos que especializarnos, y ver el díalogo social como una forma de ayudar a que la gente hable, diga sus necesidades y se les tome en cuenta, y esa presión, que puede causar a futuro un enfrentamiento, conflicto o violencia, se baje basado en esa negociación.

Uno de los temas que nos ha costado con el Gobierno ha sido el tema de las mesas de conversación tanto con el sector pesquero como con agricultores, no hemos tenido los resultados que hemos querido, las instituciones de Gobierno no han tenido una respuesta coordinada, causando problemas como que el sector pesquero se levantó de la mesa de negociación en la que llevamos 10 meses trabajando y, hasta cierto punto, tengo que decir que tienen razón, porque cuando en una mesa de negociación se dice algo, se tiene que hacer ya que si no, no ayuda a crear la confianza que se necesita para la negociación.

  • ¿Cómo toma que a lo largo de la historia de la Defensoría han sido más mujeres que hombres las que han ocupado el puesto de Defensora de los Habitantes?

Yo no puedo hablar por mis antecesores porque no estuve ahí y no sé cómo se dio, lo que sí puedo hablar es sobre mi proceso. En mi proceso sí se dio bajo la idoneidad y, más bien yo celebro que se haya hecho basado no solo en el currículum, de dónde vino usted, qué trabajo ha estado haciendo, cómo ha estado haciendo ese trabajo, y esa idoneidad es importante para tener los requisitos necesarios para llevar una institución.

No es solo que uno es un excelente técnico, sino que también tiene que tener otras habilidades de negociación, tiene que tener habilidades de escucha, y habilidades, en el caso de la Defensoría, de cuando uno necesita pararse y decir “no, esto no está bien” hay que tener esas habilidades.

En Costa Rica, aunque todavía las mujeres ganamos mucho menos, espero que las generaciones que vienen puedan presionar para que eso se cambie, para que en los puestos esté la persona idónea, la persona ideal que tienen los requisitos necesarios, sea hombre o sea mujer. Yo lo que quisiera llegar a un futuro es que si usted es la persona adecuada, sea hombre o mujer, usted va a estar en ese puesto.

Históricamente no sé cómo se dio el proceso de cada una de las otras Defensoras, o Defensores, porque el primero fue un hombre, no sé cuál fue el proceso que se dio. Sí ha habido más mujeres que hombres, pero no siento que haya una razón específica de ser.

  • ¿Qué le gustaría dejar como legado cuando se termine su periodo como Defensora?

Me gustaría que la gente primero conozca qué es la Defensoría porque, inclusive hoy en día no todo el mundo la conoce, y siento que eso es un problema porque si yo no conozco que hay una institución que está ahí para defender mis derechos, eso ya es un problema.

Me encantaría decir que en estos cuatro años de gestión, los habitantes se den cuenta de que hay una institución que puede ayudar a defender sus derechos, que la utilizaron y que les dio resultado. Para mí, aunque suene poco, es muy ambicioso.

A puro ojo yo diría que tal vez el 40% de la población sabe qué es la Defensoría y sabe lo que hace, y tal vez un 30% la ha utilizado, y yo quisiera cuando termine que un 70% de la población sepa qué es la Defensoría y que además, ese mismo 70% haya utilizado el servicio de la Defensoría o que conozca a alguien que lo haya utilizado y que les ha dado resultado.

  • ¿Cómo se define Catalina Crespo a sí misma?

Me defino como una mujer a veces rebelde, cuando me dicen “esto siempre se ha hecho de cierta forma y la gente pobre siempre va a seguir siendo pobre”, yo me niego, me niego a creer eso, y me niego a aceptar el statu quo, siempre siguiendo las reglas y las leyes y con respeto a la otra persona.

Los retos me encantan, y entre más difícil sea más trabajo le pongo, y si siento que va a ayudar a la gente lo siento como mi responsabilidad.

Siento que ya por uno haber nacido en un lugar donde tenga uno casa, comida, un techo y estar seguro, ya eso es nacer en privilegio, pero uno solo por nacer ahí ya tiene la responsabilidad de devolverle al otro; vivimos en un mundo donde nos conectamos los unos con los otros y es nuestro deber ayudar, fortalecer y darle oportunidades a otros.

Entre más uno pueda poner esa semilla de que se puede hacer algo, se puede hacer un gran aporte a que el país esté mejor.