Expertos alertan que cada vez más costarricenses padecen de cáncer colorrectal
Para evitar el cáncer colorrectal, o cualquier otro, la única estrategia preventiva son los estilos de vida saludable
En Costa Rica los casos de cáncer colorrectal están en aumento. Es la tercera causa de muerte en los hombres y la quinta causa de muerte en las mujeres, constituyéndose en uno de los padecimientos que se incrementan entre los costarricenses.
El radio oncólogo Rolando Loría, del Centro de Radioterapia Siglo XXI, detalló que entre el año 2000 y 2017, los casos de cáncer colorrectal aumentaron un 72% en la población masculina, mientras que en la femenina un 23%. El cáncer colorrectal se origina en el colon o el recto.
La mayoría comienza como un crecimiento de los pólipos en el revestimiento interno del recto. Este padecimiento puede extenderse al hígado, huesos o pulmones si no se trata a tiempo.
“Entre los síntomas de esta enfermedad se destaca la sensibilidad y dolor abdominal en la parte baja del abdomen, sangre en las heces, diarrea o estreñimiento u otros cambios en las deposiciones, heces delgadas y pérdida de peso sin ninguna razón conocida”, indicó Loría.
Agrega que cuando hay sangrado se debe acudir a un médico oncólogo ya que muchas veces se confunde con las hemorroides y está situación puede retardar un diagnóstico temprano.
Para evitar este padecimiento lo ideal es que las personas soliciten un test médico a partir de los 50 años, ya que la enfermedad aparece entre los 50 y 65 años de edad, en ambos sexos.
Es importante indicar que si en una familia hay antecedentes de este tipo de enfermedad hay que solicitar los exámenes médicos 10 años antes, es decir a los 40 años, para poder descartar un diagnóstico tardío, ya que el 3% de los casos se presenta por razones genéticas.
“Si en una familia se presentó un caso de cáncer colorrectal a la edad de 45 años, a más tardar a esa misma edad, los familiares de esa persona deben hacerse un chequeo”, explicó el especialista.
No obstante, para evitar el cáncer colorrectal, o cualquier otro, la única estrategia preventiva son los estilos de vida saludable, tales como hacer ejercicios, comer balanceadamente y reducir o eliminar el consumo de tabaco y alcohol.