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Guardaparques claman por más recursos y ayuda ante amenaza narco en Corcovado

En un informe de seguimiento a actividades de narcotráfico en el parque nacional, el administrador señala la urgencia de que Seguridad Pública intervenga de manera permanente en la zona costera, principalmente en Llorona, Sirena y La Leona

Por Bárbara Marín |24 de agosto de 2019, 2:23 AM

“Los tipos que andan en el narcotráfico andan armas 9 milímetros y AK-47, y ellos no tienen miedo de disparar. Necesitamos que el gobierno nos de armas para protegernos de este problema (…) nosotros somos los que estamos ahí peligrando”, palabras de Roberto Molina, secretario del sindicato Sitraminae durante una entrevista en Teletica.com en el mes de junio.

Desde el 2016 y hasta la fecha, el Parque Nacional Corcovado se convirtió en un sitio clave de las actividades del narcotráfico para el abastecimiento, desembarco de droga, escondite y área de refugio de persecuciones de lanchas y personas.

Durante muchos años, la droga que ingresaba a nuestro país se hacía principalmente por el Caribe, proveniente de Jamaica. En consecuencia, la Seguridad Nacional concentró sus esfuerzos en esa zona, lo que generó en las organizaciones criminales un cambio de estrategia.

La costa sur, desprotegida y de difícil acceso formó parte de ese cambio de ruta.

En el Parque Nacional Corcovado los guardaparques tienen la peligrosa tarea de vigilar sin equipos de protección ni radios de comunicación, muchos de ellos desarmados o con pocas municiones y otros sin siquiera una capacitación para utilizar armas. Todo esto representa una oportunidad de oro para los criminales.

Cabe señalar que producto de reiteradas solicitudes por parte de los guardaparques, el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) se comprometió a dotar a estos funcionarios de chalecos antibalas y fusiles a partir del mes de setiembre, según un documento firmado por Grettel Vega, directora de Sinac y Carlos Manuel Rodríguez, ministro de Ambiente.

Sin embargo, es difícil pensar que los guardaparques podrán acabar con el problema. De hecho, en reiteradas ocasiones ellos han planteado que el combate al narcotráfico es más una tarea de las autoridades antidrogas que del Sinac.

En un informe de seguimiento a las actividades del narcotráfico en el Parque Nacional Corcovado 2016-2019, elaborado por Carlos Madriz, administrador del parque, se detalla la urgente necesidad de que el Ministerio de Seguridad Pública intervenga de manera permanente en la zona costera del parque, principalmente en Llorona, Sirena y La Leona.

En el documento también se indica la necesidad de que cuerpos inteligentes y de investigación ingresen a la zona para “controlar los grupos organizados que están fomentando el trasiego de embarques de droga en Corcovado, Golfo Dulce y toda la zona del pacífico desde Corcovado y hasta Punta Burica, e incluso comunidades de Drake, Puerto Jiménez, Carate y La Palma”.

Parte de los problemas también hace referencia a la falta de capacitación de los guardaparques en eventos de riesgo, defensa personal, uso de armas, planificación estratégica, rescate, primeros auxilios e investigación.

Álvaro Ramos, experto en seguridad, afirmó que la mayoría de droga se mueve por el Pacífico, con particular énfasis en Corcovado, Punta Burica, Golfito, Bahía Drake y Pacífico Central, y quienes se encargan de ingresar la droga al país lo hacen con una logística llena de armas, hombres  “dispuestos a matar”, y lanchas rápidas.

“El mar es el punto más débil de nuestro país, porque no tenemos inteligencia propia”, comentó Ramos argumentando que pese al tratado de patrullaje y los fuertes enlaces en materia policial con México, Panamá, Colombia, y otros países, Costa Rica no tiene inteligencia propia, lo que debilita el reguardo de fronteras.

El problema está a la vista de cualquiera. Innumerables advertencias, grandes decomisos de droga en el Pacífico Sur, preocupación y temor de guardaparques, y un incremento de oferta en nuestro país.