Por Teletica.com Redacción |5 de junio de 2019, 9:53 AM

El año pasado la organización Mano Cambiada invitó a la Revista Surfing Nation de Costa Rica a vivir la experiencia de la migración de las ballenas jorobadas en sus costas. El viaje es largo; se requieren dos vuelos en avión, dos en avioneta y una lancha para llegar al pueblo principal, Nuquí, en el departamento del Chocó en el Norte del Pacífico de Colombia. 

Sus pueblos se comunican sólo por mar ya que esta región no cuenta con accesos terrestres. Las densas montañas no han dado paso a los automóviles y las comunidades son como un vistazo al pasado de todo pueblo rural, con caminos en lugar de calles. Cada aldea es diferente y sus habitantes también; rodeados por extensas playas inhabitadas y paradisíacas que serían el sueño de cualquiera para vacacionar o hasta para vivir y donde la mitad de sus habitantes son afrodescendientes y la otra mitad son indígenas. Pero ahí es donde el tema de la basura arruina el paisaje. 

Estos pueblos post-conflicto son seriamente lastimados por la contaminación que ha llegado a ocupar sus playas y ríos de una forma descontrolada. Al ocuparse de otras prioridades sus gobiernos dejaron de lado todo tema ambiental, tanto así que ninguna de estas comunidades tiene una forma adecuada de disponer de los desechos que cada una produce. 

“Es desgarrador enterarse y ver con sus propios ojos que el botadero de basura de algunas comunidades costeras en el mundo, es la playa", dijo Fabián Sánchez productor de este medio y fotógrafo de aventura quién documentó el año pasado la migración de las ballenas en esas costas.

Y no se refiere a una metáfora, el único camión que hay en el pueblo principal, por donde entra el turismo a la zona, es el camión de la basura y su destino es una parte de la playa destinada a depositar los desechos del pueblo. Ahí la marea sube y baja y juega con la basura del pueblo cada vez que hay mareas altas y los desechos entran y salen del mar en un ciclo de contaminación muy difícil de creer.

Nuquí tiene un centro de acopio de reciclaje y sus propietarios trabajan en concientizar a la comunidad, pero los materiales que se reciclan aún son muy pocos. No se recibe vidrio y solamente ciertas botellas plásticas de toda la variedad que consumen las comunidades, es reciclable.

Fue después de un mes de vivir entre esas comunidades que estos ticos decidieron regresar a Costa Rica y montar un plan de colaboración con estos pueblos. 

“Algo que nos marcó fue ver una ballena jorobada sin cola, la había perdido recientemente posiblemente enredada en la basura que está por todas partes en el mar. Estaba quemada por el sol ya que sin cola no puede sumergirse lo necesario para protegerse, le es más difícil alimentarse y no puede viajar las distancias que su naturaleza le pide recorrer. Duele demasiado pensar que esta ballena había cruzado días antes por Costa Rica pero ya no iba a regresar en su ruta migratoria. Estaba esperando morir mientras las otras ballenas seguían su camino. Después de ver eso ya no hay vuelta atrás; debes hacer algo”, agregó Fabián Sánchez. 

Seis meses después los ticos regresaron a Nuquí con un plan de talleres sobre limpieza de playas que le permitiera a cada comunidad prepararse y tomar acción ellos mismos. Por el bien de sus habitantes y antes de la tan esperada migración de las ballenas este Agosto próximo.

“Tuvimos que regresar. Fuimos a casa y condensamos las mejores guías sobre limpieza de playas que encontramos; las gringas, las australianas, las hawaiianas y las ticas y las adaptamos a esas comunidades para poder ayudarles en lo que los ticos sí sabemos hacer muy bien, fuimos por nuestra cuenta porque aunque compartimos el mismo océano cuesta mucho convencer a los demás de involucrarse en una causa en un lugar lejano y donde no vas a recibir ningún reconocimiento, no vas a ganar nada material y no vas a ser famoso”, agregó Lois Solano de Surfing Nation Magazine, encargada de regresar a capacitar a estas comunidades.

En un mes y con las dificultades esperadas de una zona tan sensible, Surfing Nation Magazine logró visitar por mar y conectando entre playas, siete comunidades costeras donde se impartieron con éxito catorce talleres sobre limpieza de playas y se logró impactar a 250 personas entre los líderes de las comunidades, clubes de surf, docentes y miembros de las comunidades que recibieron esta información como un nuevo conocimiento muy valioso para la evolución positiva de sus pueblos que desde hace un tiempo apuestan por atraer al turismo comunitario.

Según los responsables de esta misión, se logró la meta de sensibilizar estas comunidades y darles las herramientas para que ellos mismos puedan poner en práctica planes de acción para salvar sus playas, sus habitantes y las especies marinas tan valiosas que habitan la parte de océano que tienen a su nombre. 

“Al estar todos conectados por agua y arena; cada pieza de basura que recogemos de cualquier lugar, evita que nuestra vida silvestre y nosotros mismos nos topemos con esa misma basura en el futuro; Y como la mayoría de desechos sólidos tardan cientos de años en descomponerse tenemos muchas probabilidades de que eso suceda. Esa es la razón por la cual debemos proveer a las comunidades costeras con el valioso conocimiento que nosotros ya poseemos. Para empoderarlos y ayudarlos a actuar.

Cada comunidad que visitamos, la dejamos con un gran sentido de pertenencia por su playa y una gran responsabilidad por la porción de mar que les corresponde proteger, aunque la mayoría no lo supieran antes”, agregó Solano.

Como parte de los talleres, los habitantes de Nuquí organizaron por ellos mismos la limpieza de playa más efectiva en la historia de este importante pueblo costero. Con el conocimiento adquirido y los procesos aprendidos la comunidad se unió y limpió en un ensayo piloto los primeros 300 metros de playa, muy afectados por la basura. 

La comunidad recogió, separó, pesó, registró y dispuso correctamente de la basura recogida en ese sector y esta separación arrojó datos muy importantes que le servirán a los diferentes grupos para levantar planes de acción. 

Ahora la misión de estos costarricenses es compartir su conocimiento con la mayoría de comunidades costeras posible; por más alejadas que estén. 

“Queremos playas limpias para todos, porque todos merecemos vivir, crecer y jugar en playas limpias. Las comunidades menos desarrolladas también nos necesitan. Necesitamos seguir creyendo en la especie humana; al final somos la única especie con el poder suficiente para generar cambios. No nos podemos rendir con esto”, concluyó Lois Solano de Surfing Nation Magazine.

Para colaborar con Playas limpias para Todos contactarlos a través de las redes sociales de Surfing Nation Magazine o escribe a [email protected].

Información cortesía de Surfing Nation Magazine.