Por José Fernando Araya |25 de abril de 2019, 5:28 AM

Era la noche del 31 de diciembre de 1974. No eran tiempos del Internet o redes sociales y la televisión aún no era lo que conocemos hoy.

Así que miles de ticos pegados a la radio amenizando las celebraciones nocturnas del cambio de año y los buenos augurios para 1975 quedaron atónitos al escuchar la noticia: un tico había ganado la famosa carrera de atletismo San Silvestre en Sao Paulo, Brasil.

Aquella faena pasó rápidamente a leyenda y su historia pasó de generación en generación para miles de ticos.

Aquel hombre era Rafael Ángel Pérez quien este 25 de abril falleció tras estar internado en el Hospital México en el área de cuidados intensivos desde la semana pasada por un quebranto de salud.

Pérez se lleva una serie de marcas y récords nacionales como ningún otro, más de 20 años demoliendo el asfalto.

El “ángel de la pista”.

Rafael Ángel Pérez nació el 3 de julio 1946 en ciudad Colón. Graduado de la Universidad de Costa Rica (UCR) primero como Profesor y Licenciado en Educación Física y más tarde como licenciado en Educación con énfasis en Planificación Curricular. 

Pese a que de niño le gustaba jugar fútbol, su gran pasión fue otra.

“Nos llevaban a La Sabana a un antiguo hipódromo que había y me di cuenta que yo ganaba con mucha facilidad a mis compañeros, entonces me dediqué a correr un poco más”, explicó el propio atleta durante una entrevista con el programa 7 Días.

Su primera carrera la realizó en 1964 en una carrera entre Santa Ana y Ciudad Colón como parte de los festejos patronales de su ciudad natal.

A partir de ahí participó en más de 400 carreras nacionales y 220 internacionales en cuatro continentes y durante los 70’s fue todo un dolor de cabeza para los que participan en las pruebas de 5.000 y 10.000 metros.

Entre sus principales triunfos destacan las victorias en el Campeonato Centroamericano de Atletismo en Managua, Nicaragua (1968), la Max Tolt de Guatemala (1969 y 1976); Juegos Hispanoamericanos en el Central Park de Nueva York, EE. UU. (1969 y 1971); Táchira, Venezuela (1970), San Blas Illescas, Coamo, Puerto Rico (1971 y 1976); Juegos Centroamericanos (1973 y 1977); Pierre de Coubertin en Argentina (1974), San Fernando, Uruguay (1975); Cross Country en Zaragoza y Lérida, España (1975) y otras carreras de renombre en Knoxville, Tennesse, EE. UU., Praga y Cross-René Lamiche, Francia (1983); entre otras. Se retiró de las competencias en 1984.

No obstante, su principal logró lo consiguió aquella noche de 1974 al registrar en la afamada San Silvestre al completar los 8,9 kilómetros en 23 minutos y 58 segundos.

“Fui a San Silvestre como cuatro veces. En 1964 fui estando en el colegio todavía y quedé en el puesto 103, pero para mí lo importante fue la motivación. Cuando estaba en la ceremonia de entrega de trofeos a la par de un colombiano y dentro de mí pensé: ‘Yo tengo que ganar esta carrera algún día’”, explicó.

Todo cambió 10 años después y aquella idea que tuvo cuando aún era un chico de colegio la consiguió y por primera vez el himno de Costa Rica apareció en el podio.

“Íbamos como en el kilómetro ocho subiendo y volví a ver para atrás y tenía al próximo rival como a 150 metros, entonces yo dije: ‘Pero que es esto tan fácil, no puede ser’. Lógicamente luego me recortaron, pero eso demostraba la preparación que llevaba en ese momento”, añadió.

Además de la San Silvestre, Rafael Ángel Pérez participó en las olimpiadas de México 1968 donde obtuvo la posición 27 en la prueba de 10.000 metros (31:42).

Cuatro años después para Múnich 1972 volvió a participar en la misma prueba logrando un tiempo de 29:36).

Posee dos récords nacionales, una en 10 mil metros con sus 28 minutos y 48 segundos y en los 1.500 metros con tres minutos y 50 segundos.

Además, en 1976 ostentó el récord mundial en media maratón y 39 años después su gesta fue corroborada y reconocida.

Dicha hazaña la logró en la Media Maratón de Coamo, Puerto Rico, con un registro de 1:03.46, todo un récord mundial en esa categoría que mantuvo vigente prácticamente durante un año hasta que el 6 de febrero de 1977 el japonés Toshihiro Matsumoto lo superó al lograr 1.02.37, según el Icoder.

Por si fuera poco, fue nombrado como el mejor atleta nacional de la década de los setenta e ingresó a la Galería Costarricense del Deporte en 1994.

“Papi no solamente le ha dado glorias a este país sino a esta familia. Hoy perdemos a un padre, a un abuelo, un esposo, un hermano, un tío; que no solo nos dio el orgullo que ningún otro costarricense ha logrado, sino también, que fue un gran ser humano y un gran ejemplo para todos los miembros de la familia”, comentó Viviana Pérez, hija del exfondista costarricense.  

Nota de video tomada de los archivos de 7 Días.