Por José Fernando Araya |7 de noviembre de 2018, 16:56 PM

Marcelo Hernández se perfila a ser uno de los mejores jugadores del campeonato.

Entre el irregular torneo del Cartaginés, el cubano es la gran joya, el gran descubrimiento de la pequeña era Wanchope y que hoy, lejos de ser sorpresa, ya es estandarte del equipo.

Al menos los brumosos aprovecharon para traer felicidad a sus aficionados luego de la estrepitosa caída 4-1 ante Saprissa el domingo anterior.

Pero al frente tuvieron a otro equipo eliminado, sin nada que perder, de ahí que el juego se llenó de goles en un vibrante encuentro.

Primero fueron los brumosos en irse al frente por intermedio de Manfred Russell al 13’. Apenas un minuto después y casi sin festejar, Edder Solórzano empataría para el Santos.

Más tarde Cartaginés respondería con dos goles seguidos de su dupla ofensiva Jossimar Pemberton (21’) y el cubano Hernández (25’).

El 3-1 mandó un mensaje erróneo de tranquilidad para los brumosos que en un pestañeo vieron como los caribeños les empataron el juego por medio de Osvaldo Rodríguez al 49’ y José Garro (53’).

La paridad hacía justicia al gran partido dentro del terreno de juego, pero los cracks en el fútbol están ahí para desequilibrar la balanza y sacarse un truco de su chistera.

Hernández dejó tendida a toda la defensa del Santos en una sola jugada y con un remate lleno de rabia puso el 4-3 definitivo al 60’. Un verdadero golazo, para muchos el mejor del torneo.

Con el triunfo Cartaginés respira un poco y al menos cierra con algo de dignidad el campeonato tras quedar al margen de las semifinales.

Para el Santos, es pasar la página de un campeonato donde ha distado mucho del nivel mostrado en años anteriores, en los que fue la agradable sorpresa.