Baloncesto

Manu Ginóbili, el hijo pródigo de San Antonio

El albiceleste aterrizó en el equipo tejano en 2002 luego de ser ‘drafteado’ en el puesto 57 (de 60) en 1999

Por AFP Agencia |18 de octubre de 2018, 5:27 AM

San Antonio, Estados Unidos | Un icono, el corazón de los Spurs y uno de los suyos para siempre. San Antonio, un mes y medio después de la retirada de Manu Ginóbili, es unánime: el argentino fue, es y será una leyenda viva del equipo, pero, por encima de todo, uno de los hijos predilectos de la ciudad texana.

"Manu siempre fue un jugador muy divertido con el que jugar. Me encantaba jugar con él. Los pases que daba, los cortes que hacía... Volaba. Su energía era realmente contagiosa y nos alimentábamos de ella. Lo voy a echar mucho de menos", dice a la AFP Patty Mills tras ganar este miércoles 112-108 a los Minnesota Timberwolves en el primer encuentro de la temporada.

"Es una leyenda, un icono. No va a tener que pagar nunca más por una comida aquí. Van a hablar de él de la forma en que lo hacen de David Robinson y Tim Duncan", señala por su parte Diego Bernal, miembro demócrata de la Cámara de Representantes de Texas.

El de Bahía Blanca, de 41 años, se codeará siempre con los más grandes de la historia de la franquicia, que ganó cinco anillos de la NBA de 1999 a 2014, cuatro de ellos con Ginóbili en sus filas, formando uno de los equipos más exitosos de la historia de la competición.

"Los Spurs son como una religión. La gente es fanática de ellos (...) Manu no solo era un jugador latino, que hablaba español. Su estilo de juego era súper excitante, nadie en la liga jugaba como él y eso lo hacía más especial. Teníamos a ese jugador increíble que hacía cosas increíbles", recuerda Bernal con nostalgia.

Porque en San Antonio, Ginóbili es simplemente Manu. Su gente, afable y cercana, lo recuerda con la misma naturalidad con la que él se movía por la pista. Y un enorme mural suyo en la calle San Pedro hace imposible olvidarle. Un último homenaje. Un tributo a quien tanto les dio.

- "El jugador perfecto" -

El albiceleste aterrizó en el equipo tejano en 2002 luego de ser ‘drafteado’ en el puesto 57 (de 60) en 1999. Su aparente falta de habilidades atléticas y las dudas que generaban entonces los jugadores extranjeros hicieron que Ginóbili se quedara jugando en Europa, dominando el básquetbol del Viejo Continente antes de poner los pies en Norteamérica.

Una vez allí, San Antonio, ciudad multicultural de cerca de un millón y medio de habitantes y casi 65% de su población latina, lo abrazó inmediatamente como uno de los suyos por su esfuerzo y humildad.

"Manu Ginóbili era el jugador perfecto para los Spurs: disputaba cada pelota como si fuese la última y tenía la suficiente técnica como para ser un tercio del que quizás es el trío más importante de la historia de la NBA (junto a Duncan y Tony Parker). Pero lo que más hizo que San Antonio amara a Manu es su don de buena persona, su inteligencia y humildad dentro y fuera de la cancha, en la victoria y la derrota", apunta a la AFP el periodista uruguayo-estadounidense Enrique Lopetegui, que vive desde 2004 en San Antonio.

"Seguramente seguirá conectado con los Spurs de alguna manera, pero aunque un día regrese a Argentina y no vuelva nunca más, Manu ya es parte de San Antonio. Es uno de nosotros para siempre y eso no cambiará nunca", reconoce.

- De niño delgado a calabaza de Halloween -

"De chico fue siempre igual que ahora: inquieto, competitivo y pasional (...) En el campo de juego actuaba con total naturalidad. Su edad no era problema, a pesar de sus pocos kilos jugaba y hacía cosas. Resaltaba y como siempre rellenaba todas sus estadísticas", rememora para la AFP el entrenador que lo vio nacer en el baloncesto, Óscar "Huevo" Sánchez.

El técnico argentino vivió en primera persona el amor que le profesaba la gente de San Antonio cuando lo acompañó por invitación suya a las Finales de 2005, que ganaron 4-3 a los Detroit Pistons.

"La gente lo reconocía en todos lados: restaurantes, shoppings... Siempre fue un ídolo (...) Pasará a la historia por su don de gente, competitividad y valentía. Además, en un juego colectivo, marcó una época saliéndose del molde. Emanuel fue clave pasando el balón. El legado que deja es de algo que no es común en la NBA, que de por sí es anárquica en su juego: sentimiento de equipo, resignar ego como lo hizo después de ser el mejor de Europa y adaptarse a ser el mejor sexto hombre de la historia de la NBA", afirma.

Ginóbili ha dejado los Spurs pero sigue muy presente en San Antonio: seguirá viviendo en la ciudad con su mujer y sus tres hijos, continuará cerca del equipo y, a menos de dos semanas para Halloween, un aficionado ha grabado incluso su cara en una calabaza.

"Era un jugador que podría haber sido perfectamente la primera o la segunda opción en cualquier otro equipo y (en San Antonio) salía desde el banquillo, sacrificando acólitos, focos, dinero... Hay mucha gente en esta ciudad que entiende este tipo de sacrificio. Encaja perfectamente con lo que éramos y con lo que somos. No se podría haber elegido a otro jugador que encajara mejor con una ciudad que Manu y San Antonio", sentencia Bernal.