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Daniel Ortega amenaza y acusa a los obispos de “golpistas”

Sus partidarios celebran ataque virulento lanzado en cadena nacional de televisión.

Por Teletica.com Redacción |20 de julio de 2018, 10:46 AM

Las viejas y habituales consignas revolucionarias pasaron a segundo plano ante el nuevo grito de los simpatizantes sandinistas el pasado 19 de julio en Plaza la Fe: “¡Daniel se queda, Daniel se queda!”. 

El comandante Daniel Ortega recibió sonriente los vítores de su masa fiel. De inmediato, lanzó un discurso virulento contra los obispos de la Conferencia Episcopal, a quienes acusó de promover un “golpe de Estado” en su contra. 

El mandatario celebró el 39 aniversario de la Revolución Sandinista interpretando a su conveniencia la crisis sociopolítica que vive Nicaragua. 

Pese a las más de 350 muertes registradas en estos meses de protestas, Ortega solo habló de los policías caídos, e incluso llamó “héroe” a uno de los oficiales asesinados en Managua. El comandante Ortega se mostró cruel, confrontativo y, en ciertos pasajes de su arenga, hasta burlesco. 

“Yo pensaba que eran mediadores, pero no, estaban comprometidos con los golpistas. Eran parte del plan con los golpistas”, dijo Ortega con aplomo, en referencia a la propuesta de la agenda del Diálogo Nacional que los religiosos le presentaron al caudillo sandinista el siete de junio pasado en Casa de los Pueblos. 

Los obispos mediadores del diálogo nacional le plantearon Ortega una hoja de ruta democratizadora, en la que los miembros del Diálogo resaltan la necesidad de hacer profundas reformas políticas, en el sistema electoral y judicial, para poder celebrar elecciones anticipadas en marzo de 2019. 

Ortega dijo que “la cartilla” leída por los obispos lo impresionó. “Sacaron la estrategia y allí decían: hay que cambiar ya, nos daban un plazo de dos días…Hay que cambiar ya al Poder Judicial, al Poder Electoral, a la Contraloría, a todos los poderes del Estado, a la Asamblea Nacional y hay que quitar al Presidente y adelantar las elecciones. 

Yo cuando recibí el documento dije, bueno, esto es lo que quieren realmente”, narró Ortega para señalar a los obispos “de golpismo”. Cada vez que el mandatario conjugaba el verbo “golpe”, la masa roja y negra enloquecía. 

Ortega aseguró que a lo interno de la Conferencia Episcopal hay obispos “confrontativos” y otros más “moderados”. Mientras el mandatario arremetía contra los religiosos, el nuncio de El Vaticano, Nuncio Waldemar Sommetarg, permanecía en la tarima izquierda muy serio en su sitio. 

El embajador del Papa Francisco tenía el rostro severo oyendo las interpretaciones del dictador. Ortega se apoyaba sobre un podio transparente cada vez que pausaba su discurso para recibir la ovación de sus simpatizantes. 

No mencionó, en ningún momento de sus calumnias contra los religiosos, el ataque que el propio nuncio sufrió junto a los obispos en la ciudad de Diriamba y los ataques a balazos contra la iglesia de la Divina Misericordia.

“Me duele mucho decir esto porque le tengo aprecio a los obispos, les respeto, soy católico. Pero ellos tienen posiciones y desgraciadamente siempre se impone la línea de confrontación, no de mediación”, dijo Ortega. 

Ortega se refirió a la jornada de ayuno y oración de exorcismo convocada por la Conferencia Episcopal:“Que exorcicen a los demonios que tienen ahí… que les digan que tenemos que restablecer la paz y estabilidad para que el país siga creciendo”. 

Ortega terminó su discurso en medio del nuevo grito que se sobrepuso a las viejas consignas revolucionarias: “¡Daniel se queda, Daniel se queda!”. 

Ortega se presentó como el presidente que había ganado una cruzada armada, cuando lo que ha dirigido es un ataque sistemático contra la rebelión cívica que exige su salida del poder. 

Todd Robinson, consejero para America Central del Departamento de Estado, dijo este jueves que Estados Unidos apoya plenamente a los obispos como mediadores y garantes del diálogo nacional.

“Seguimos apoyando los esfuerzos de la Conferencia Episcopal orientados a resolver el conflicto actual, restablecer el respeto de los derechos humanos, y asegurar un futuro más próspero y democrático para todos los nicaragüenses. 

"Valoramos el rol de mediación clave que realiza la iglesia”, aseguró Robinson. “No obstante, nos preocupa que estén siendo objeto de agresiones físicas y desacreditados por el gobierno de Ortega y sus partidarios”.

El funcionario del gobierno de Donald Trump insistió en que la “senda para la paz duradera en Nicaragua sigue siendo las elecciones anticipadas, libres, justas y transparentes”. “Instamos a Ortega a sumarse al diálogo de paz liderado por la iglesia y entablar negociaciones de buena fe”, dijo Robinson.