Por Álvaro Sánchez |18 de julio de 2018, 13:37 PM

Dos de cada 10 adolescentes que son atendidos por el IAFA aseguran haber consumido ketamina o droga de la noche.

El consumo en aumento es producto del precio, 3.000 colones por dosis, que la coloca como el sustituto de la cocaína.

Lo que ocurre al otro lado del mundo también es tendencia o moda en nuestro país.

Las autoridades policiales y estatales que luchan contra la adicción a las drogas han detectado un importante aumento en el consumo de la ketamina.

La ketamina también conocida como “Special K” o como “Kit Kat” es una droga disociativa con potencial alucinógeno, utilizada original y actualmente entre los veterinarios por sus propiedades sedantes, analgésicas y sobre todo, anestésicas para animales.

Recientes operaciones policiales del OIJ han dejado en evidencia que las organizaciones narcotraficantes han detectado la predilección de un sector de la población por esa droga.

Los decomisos son constantes, incluso, se cree que se trata de una droga que podría reemplazar a la cocaína por su fácil obtención, casi nula preparación y un precio relativamente accesible, unos 3.000 colones por dosis.

Una dosis de cocaína en San José puede valer unos 10.000 colones pero requiere un trabajo de elaboración mayor para los grupos narco.

Según un reportaje de la cadena BBC Mundo, un pueblo en China es el centro de fabricación de la ketamina. Aquí en Costa Rica la droga la consiguen los grupos criminales en las veterinarias de donde la sustraen.

Aunque también hay informaciones que señalan que es traída de Panamá hasta donde llega de tierras asiáticas.

Se cree que el 60 por ciento de la ketamina que se consume en el mundo es producida en China.

La ketamina es una droga actualmente consumida por una población que va de los 13 a los 35 años, es decir, se está convirtiendo en una sustancia popular.

Los efectos en la salud son similares a los de la cocaína alteraciones cardiorrespiratorias, alta presión sanguínea, depresión, intoxicación, ansiedad y alta dependencia, que podría llevar a una muerte repentina dependiendo de la cantidad consumida.