Por Adrián Fallas |16 de enero de 2018, 5:00 AM

La semana pasada Rolbin García, fotógrafo y buzo de Marea Alta –una agencia de ecoturismo en Playas del Coco– escuchó de una manta albina que había sido vista por un pescador de la zona en las agua del Pacífico Norte.

Un día mientras estaba en el mar trabajando se encontró con el magnífico ejemplar y pudo capturar las increíbles fotografías que compartió con Teletica.com.

Este avistamiento es uno de los cientos que se han estado dando durante este 2018 en la zona del Coco, islas Catalinas y Bahía Culebra, en lo que se está convirtiendo en una temporada con una inusual presencia de vida marina –tanto por su cantidad como por su majestuosidad– y que emociona a los expertos.

Andrés López, biólogo de Misión Tiburón, explicó que es la primera vez que sabe de un avistamiento de una raya albina gigante en aguas ticas y destacó la importancia de la gran cantidad de animales que han podido observar durante las últimas semanas.

Se trata de mantas mobulas, mantas, gigantes, rayas diablo, tiburones y hasta pez dorado, especie que no es común ver.

“Los vientos alisios que llegan dese Nicaragua remueven el fondo marino, haciendo que el agua fría se acerque a la superficie y estos es lo que muchos animales buscan para alimentarse”, aseguró López.

López destacó que esta fauna marina además se ha estado movilizando a sitios nuevos a alimentarse y aparearse, lo cual le da a los científicos información nueva y les permite ir visualizando necesidades de sitios a proteger.

Añadió que las mantas, al igual que los tiburones, tienen pocas crías y estas se desarrollan lentamente, por lo cual es importantes seguir manteniendo sitios donde el proceso de vida de las mismas se pueda llevar a cabo de manera segura.

Finalmente López recordó a las personas que viven y visitan el Pacífico Norte que es importante al momento de interactuar con las mantas y otros animales marinos hacerlo de una manera natural, sin hostigar y sin tocarlos.

Si gusta ver más fotografías puede visitar el sitio del fotógrafo Diego Mejías y el de Rolbin García, quienes colaboraron con las imágenes que ilustran estas líneas.