2 de enero de 2018, 3:36 AM

Felipe se chupa el dedo desde antes de nacer y a sus casi 5 años llevarse el dedo izquierdo a la boca es su ritual para dormir.

Como Felipe hay miles de niños, y la solución no está tan clara en las voces populares: “que esperemos hasta que lo deje, que se lo quite a como pueda, que le ponga chile en el dedo.

Para buscar la mejor respuesta debemos abordar el tema de manera interdisciplinaria que incluye expertos en odontopediatría, terapia de lenguaje y psicología.

El problema está cuando ese reflejo se convierte en maña.

Las consecuencias de la succión digital o chupar dedo pueden llegar hasta en la forma en que el niño se comunica.

Algo en lo que concuerdan las especialistas es en que se debe sustituir el chupar dedo por algo más, un peluche puede ser una buena opción.

El chuparse el dedo es el mecanismo de seguridad y tranquilidad que encuentran muchos niños.

No en todos se presentarán las consecuencias negativas, pero lo cierto es que otros tantos sí las sufren, por lo que cada caso debe analizarse individualmente con ayuda interdisciplinaria.