Por Yahaira Piña |1 de diciembre de 2017, 3:35 AM

Es madre y ama de casa tiempo completo. El cuidado de Thiago, un niño con discapacidad le impide hacer otra cosa que le permita generar un ingreso.

Se mantiene de una apoyo del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), una pensión y la ayuda voluntaria del papá de los niños.

Alejandro y Mariana los hijos mayores estudian y ayudan a la mamá.

Thiago pasa sus días acostado en un colchón que tienen en la sala.

Un viejo abanico apacigua un poco el calor característico de Liberia, Guanacaste.

A Thiago le deben hacer terapia todos los días. Eso le permite activar su parte motora y mejorar la circulación.

Mariana ama pasar tiempo con el hermano y es de gran apoyo a su madre.

Hace dos años pasó por una difícil prueba. Murió su madre, la abuela amorosa de estos niños y apoyo incondicional. Es una herida que todavía no sana y un vacío que nada puede llenar.

Esa muerte también trajo un serio problema; la casa que en este momento los abriga es su pesadilla por los conflictos familiares que ahora pasa.

No tiene dinero para alquilar y por eso no le queda más que vivir en este lugar.

La casa está muy deteriorada, es pequeña, tiene goteras por todo lado, es incómoda para mover a Thiago y la debe compartir con otros familiares.

Por eso esta joven madre sueña con tener algo propio y como dice ella, estar en paz y segura que nadie los puede sacar.

Se aferra a la esperanza de que su condición cambie y que pronto lleguen días mejores para que a sus hijos nadie les haga daño.