Por Teletica.com Redacción |28 de noviembre de 2017, 3:32 AM

Sorelle Amore, una fotógrafa australiana de 28 años, venció a más de 17.000 concursantes para tener “el mejor trabajo del mundo”, un proyecto de la empresa de vacaciones de lujo Third Home que prometía a un ganador $40.000 y la posibilidad de conocer en tres meses 12 de los destinos más exóticos del planeta.

La travesía de Amore inició en Sidney y pasó Bali, Las Bahamas, Croacia, Fiji, Marruecos, España y China. Además, disfrutó de las playas de Costa Rica.

En su cuenta de Instagram la australiana dejó evidencia de su paso por el país, específicamente en la zona de Manuel Antonio, donde se hospedó en un exclusivo hotel.

Say it isn't so 😔 The time has come to depart the beautiful @villapuntodevista in Costa Rica. What an incredibly 7 days spent here. The 5 story villa, even though enjoyed by myself, never felt empty thanks to the incredible staff that made it feel like home. Freshly made breakfasts every morning, the relaxation in the jacuzzi on the top floor of the villa, the swims in the infinity pool surrounded by sloths, monkeys, toucans and the iguana that pooped on my head. All cherished memories. The beautiful country of Costa Rica constantly amazed me. The people are some of the kindest in the world, the nature some of the most breathtaking. This isn't the last time for me in Costa Rica. See you again soon. But for now...my next destination. Can you guess where I'm heading? Thank you @villapuntodevista & @3rdhome for having me in this space. Forever grateful. #BestJobOnThePlanet #CostaRica #StayWorldly

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“Qué increíbles siete días pasé aquí. Desayuno recién hecho todos los días, la relajación del jacuzzi, nadar en una piscina infinita rodeada de perezosos, monos, tucanes y una iguana. La hermosa Costa Rica constantemente me sorprendió.

“Las personas son de las más amables del planeta y la naturaleza te roba el aliento. Esta no es mi última vez en Costa Rica. Te veré pronto”, escribió en Instagram la joven.

Su trabajo, sin embargo, por momentos resultó ser menos perfecto de lo que parece: la presión de documentarlo todo, los constantes viajes y los trámites en cada aeropuerto le pasaron factura a Amore.

“No me malentiendan, la carga de trabajo está y algunas veces no puedo dormir mucho, pero este es el mejor trabajo del mundo después de todo”, explicó.