Internacional

Angustiosa búsqueda del submarino argentino tras seis días sin contacto

Tras haberse ilusionado con dos indicios que resultaron negativos en los últimos días, la incertidumbre se fue transformando en angustia.

Por AFP Agencia |21 de noviembre de 2017, 1:13 AM

La angustiosa búsqueda del submarino argentino perdido en el Atlántico desde hace seis días, se reforzó este martes con una mejora de las adversas condiciones climáticas que dificultaban la tarea de buques y aeronaves, con fuerte ayuda internacional.

Tras haberse ilusionado con dos indicios que resultaron negativos en los últimos días, la incertidumbre se fue transformando en angustia para los familiares de los 44 tripulantes del "ARA San Juan".

El submarino zarpó hace nueve días de Ushuaia, en el extremo sur de Argentina, y era esperado el domingo pasado en Mar del Plata, 400 km al sur, su apostadero habitual.

Las previsiones meteorológicas indican que este martes comienza a calmar el fuerte viento del sudeste que sopló en los últimos días sobre el Atlántico en medio de un fuerte temporal que provocó olas de cinco y seis metros, que hacía casi imposible la tarea de búsqueda en la superficie del mar.

Fueron permanentes las exploraciones aéreas, mientras los buques en la zona debían capear el temporal, en el marco de un operativo de búsqueda en el que colaboran nueve países.

Un ruido desde el fondo del mar, que había sido registrado el martes por buques argentinos, generó ilusión por algunas horas pero finalmente se desechó que proviniera del submarino.

Un día antes habían sido la noticia, luego descartada, de siete llamadas satelitales cortas y de baja señal la que por varias horas había encendido una luz de esperanza sobre la suerte de los tripulantes, entre ellos la primera oficial submarinista de Sudamérica. 

"Empieza a brillar una lucecita y luego se apaga", expresó María Morales, madre de Luis, uno de los tripulantes, al llegar este martes a la Base Naval de Mar del Plata, epicentro de la espera de los familiares.

La Armada (Marina de Guerra) reveló el martes que el "San Juan" había reportado una avería en las baterías, sin alerta, antes de su última comunicación el miércoles pasado a las 10H30 GMT, cuando navegaba por el Golfo San Jorge, a 450 km de la costa argentina.

- Búsqueda incesante -

La zona de búsqueda inicial era un área de 300 km de diámetro en esa zona del Atlántico, donde la profundidad va de 200 metros a 350 metros, precisó el portavoz de la Armada, Enrique Balbi.

Pero la posibilidad de que se halle a la deriva obligó a ampliar la zona de búsqueda a una distancia siete veces mayor.

Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Brasil, Chile, Perú, Colombia y Uruguay sumaron equipos a la tarea de búsqueda que encabeza Argentina.

La búsqueda del "ARA San Juan" se inició el jueves, más de 24 horas después de su última comunicación.

El submarino había reportado una falla en las baterías antes de perderse el contacto por lo cual el comando de la fuerza le había indicado que cambie la ruta y regrese a Mar del Plata, explicó Gabriel Galeazzi, jefe de la Base Naval de esa ciudad.

Aclaró, no obstante, que no se puede asociar la avería a una emergencia, ya que el reporte siguiente fue normal.

No se conoce la magnitud de la falla ni si afectó su capacidad de propulsión o de emerger.

Sin salir a la superficie el "ARA San Juan" tiene capacidad de oxígeno para su tripulación por siete días y siete noches. "Esto es así, pero no sabemos si no puede salir a la superficie", dijo Balbi.

- Tripulantes -

Una mujer, Eliana Krawczyk, de 35 años, y varios padres de niños pequeños integran la experimentada tripulación del "San Juan".

La mayoría vive en Mar del Plata, ciudad portuaria y mayor balneario de Argentina, donde la Base Naval se transformó en el epicentro de la angustiosa espera de los familiares.

"Más allá de la fortaleza y del acero del submarino, tengo fe en el temple de nuestros submarinistas", dijo Horacio Tobías, exjefe de inmersión del "ARA San Juan" al canal TN.

Cartas, banderas con mensajes y carteles cuelgan del alambrado que rodea la base, con vista al mar, al que los familiares ruegan que devuelva el submarino.

"Es una mezcla de sensaciones, dolor impotencia, por momentos esperanza. La sensación es que ya llegan, que nos van a decir hoy, 'Ya llegan'", confesó María Morales.