Por Ignacio Santos |25 de octubre de 2017, 23:10 PM

"La imagen de don Celso Gamboa se ha deteriorado irreversiblemente, dentro del Poder Judicial y entre los ciudadanos, y como acabamos de ver en prácticamente todos los sectores políticos nacionales. Los hechos, al margen de juicios o prejuicios, son conocidos por todos. La realidad es una, la imagen de un Magistrado de la República, que no puede admitir dudas ni cuestionamientos, ha sufrido un daño irreparable.

Por consideración a su cargo, por consideración al Poder Judicial y a su trascendental misión, por consideración a sus compañeros de trabajo de casi dos décadas, don Celso Gamboa debe renunciar. Su espacio como funcionario público se ha agotado. Continuar en la magistratura dañará aún más la ya menguada confianza en nuestro Poder Judicial, con todas las funestas consecuencias que eso implica para la nación. Si don Celso no renuncia, arrastrará a nuestro sistema de administración de justicia, al país, y a el mismo, a un previsible y desgarrador proceso que probablemente termine con la revocatoria de su nombramiento en la Asamblea Legislativa.

Por mi trabajo conozco a don Celso. Siendo viceministro lo critiqué severamente por unas declaraciones que dio sobre el trabajo de la policía en el Caribe sur. Pero igualmente, por sus logros como Ministro de Seguridad, no dude en calificarlo como el mejor ministro de la Administración Solís en su primer año. Creo que con objetividad en el pasado he reconocido sus éxitos y criticado lo que estime errores.

En este caso concreto, con el debido respeto, y absolutamente convencido que es lo mejor para nuestro Poder Judicial y para nuestro país, no tengo duda en decirle, don Celso, renuncie a su magistratura".