Por Daniel Céspedes |10 de agosto de 2017, 2:13 AM
 

Una madre pensó que tras superar un cáncer había vivido la prueba más difícil de su vida, pero la inesperada muerte de su hijo de 13 años la marcó para siempre.

Salió adelante gracias a la espiritualidad y con gran esfuerzo logró comenzar un negocio en honor a su hijo.

Esta vecina de Siquiares es una sobreviviente de mil batallas. Tuvo que lidiar con un divorcio, con un cáncer y con el fallecimiento de su hijo de 13 años, que la hizo una mujer valiente y fuerte.

La luz de Alejandro, a pesar de su partida sigue presente.

Jacqueline y sus hijos, Ale y Santiago, acostumbraban cocinar ceviches y venderlos los fines de semana.

Pero la motivación no se detuvo, por el contrario, quisieron honrar la memoria del que, como ella lo llama, es su ángel.

Jacqueline luchó y logró poner un restaurante, se llama el ceviche de Ale y Santi, está ubicado entre La Garita y Turrucares.