Por Greivin Moya |24 de julio de 2017, 10:22 AM

Nuestro  interes en  varios  expedientes de Setena surgió porque algunas de las resoluciones de la Secretaría Ambiental tardaban años en resolverse,  pero había otras de obras complejas que tardaban tan solo días o semanas.

Se trata de una desigualdad grosera que afecta a muchos desarolladores de proyectos que, no obstante se esmeran en cumplir con los requisitos ambientales, encuentran en el Setena una traba enorme al no resolverse con prontitud sus permisos.

Esto deja claras sospechas de corrupción, incluso los mismos funcionarios de Setena lo mencionan sin tapujos en un cuestionario interno que contestaron a inicios de esta admistración: ellos dijeron que hay corrupción en esta dependencia y nosotros evidenciamos algunas de esas irregularidades que podrían rayar en corrupcion.

En Setenea no hay tiempo para resolver las solicitudes; por eso, normalmente tardan unos cuatros meses en el mejor de los casos y hasta años en el peor de los extremos.   

Pero en ocho  expedientes analizados por nosotros se evidenció que se otorgaron las viabilidades en tiempo record; algunas tardaron tan solo días y, además, descubrimos que quien dio trámite y se hizo cargo de las valoraciones ambientales fue un funcionario que se autoasignó los expedientes. 

Se llama Mario Céspedes y lo más grave del asunto es que él no podía ejercer esas funciones de evaluador ambiental, pues era coordinador de un departamento denominado Auditoría y Seguimiento ambiental.

Los detalles completos de este reportaje véalos en el video adjunto a estas líneas.