Por AFP Agencia |10 de febrero de 2017, 2:24 AM

Al reconocer el principio de una sola China durante una entrevista telefónica con su homólogo chino Xi Jinping, el presidente estadounidense Donald Trump apaciguó una crisis que había iniciado al hablar con la presidenta de Taiwán, enemigo de Pekín. 

“El presidente Trump acordó, a pedido del presidente Xi, respetar la política de 'una sola China'", indicó la Casa Blanca en un comunicado. Se trata de la primera conversación telefónica entre los dos jefes de estado desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

¿Pero qué es el principio de una sola China?

Taiwán está, de facto, separada de China desde 1949 y el final de la guerra civil china, cuando las tropas nacionalistas se refugiaron en la isla mientras los comunistas de Mao Zedong tomaban el poder en Pekín. 

La mayoría de los países occidentales reconocían entonces al Gobierno de Taipéi como representante legal de "la República de China". 

Tres décadas después, en 1979, Estados Unidos acabó reconociendo la China comunista y rompió sus relaciones diplomáticas con Taiwán. Al igual que los demás socios de Pekín, respetó entonces el "principio de una sola China", que prohíbe cualquier relación diplomática con el Gobierno taiwanés. 

Sin embargo, la actitud estadounidense es ambigua: Washington respeta su compromiso de garantizar la seguridad de Taiwán y sigue proporcionándole material militar, en detrimento de Pekín que no descarta recurrir a la fuerza para restablecer su soberanía sobre la isla, que considera como una de sus provincias. 

¿Qué hizo Donald Trump?

Desde 1979, ningún presidente estadounidense había conversado con un dirigente taiwanés. Hasta el pasado 2 de diciembre, cuando apenas un mes después de su elección, Donald Trump aceptó hablar por teléfono con la presidente taiwanesa, Tsai Ing-wen. 

Dos días después, lejos de rebajar las tensiones, Trump escribió dos tuits en los que acusó a Pekín de "devaluar su moneda", de "tasar mucho" las importaciones estadounidenses y de "construir un amplio complejo militar" en el mar de China meridional. 

Luego, el 11 de diciembre, amenazó en la televisión con no reconocer el principio de una sola China, salvo que Estados Unidos cerrara "un acuerdo con China para obtener otras cosas, incluido en el comercio". 

¿Cómo reaccionó China?

El 3 de diciembre, Pekín protestó "solemnemente" por el ataque de Trump contra el principio de una sola China. El 12 de diciembre, el Gobierno chino lanzó un primer aviso sobre una posible degradación de las relaciones con Washington. 

Si bien la reacción oficial fue comedida, la prensa de Pekín pidió reforzar el arsenal militar chino, especialmente el nuclear, "para obligar a América a respetar a China". 

Desde la entrada en funciones del nuevo presidente estadounidense, el 20 de enero, la nueva administración y el régimen chino no mantenían relaciones, según fuentes diplomáticas en Pekín. 

Según un artículo del New York Times publicado justo antes del anuncio de la llamada entre los dos presidentes, Xi había prohibido cualquier contacto de alto nivel con Washington mientras su homólogo no hubiera reconocido el principio de una sola China. 

¿Está todo resuelto entre Pekín y Washington?

Ni mucho menos. Los dirigentes chinos vigilan especialmente la política presupuestaria de Trump, que durante su campaña amenazó con imponer aranceles de aduana del 45% a la importación de productos chinos, tras acusar a Pekín de haber "robado" millones de empleos a Estados Unidos. 

Además de Taiwán, ambos países se enfrentan en diversos temas en el plano estratégico, entre las aspiraciones de Pekín en el mar de China, el programa nuclear norcoreano, o la alianza entre Washington y Japón, gran rival regional del gigante asiático. 

El hecho de que Trump haya nombrado como embajador en Pekín a Terry Branstad, un conocido de Xi Jinping, podrá quizá mejorar las relaciones entre ambos países.