Por Andrés Martínez |17 de octubre de 2016, 4:00 AM

Disparos lejanos retumban todas las mañanas en la zona desmilitarizada o DMZ por sus siglas en ingles. Las detonaciones son ejercicios militares de soldados de Corea del Sur, que se escuchan fácilmente en esta zona de seguridad.

Ocurren en la línea militar trazada sobre el paralelo 38 en 1953 por el armisticio para dividir a las Coreas tras su guerra civil. Para algunos, es la frontera más peligrosa del mundo.

El objetivo de la DMZ es contener el avance militar hostil hacia cualquiera de los dos países. Tiene 238 kilómetros de largo y 4 de ancho.

Telenoticias viajó más de 13.000 kilómetros desde Costa Rica hasta Corea, para conocer de cerca la tensión que se vive en esa península asiática.

La última prueba nuclear de Corea del Norte tiene a su vecino del sur durmiendo con un ojo abierto.

El 9 de setiembre pasado Kim Jong Un ordenó ejecutarla, es la segunda este 2016 y la quinta en los últimos años.

No solo hay preocupación en este país, sino en sus aliados como EE.UU. y Japón o incluso China, que es muy cercana al régimen de Pyongyang.

Las violaciones militares a este territorio son constates. Corea del Sur alza la voz ante la comunidad internacional. Por ejemplo por la construcción de cuatro túneles que soldados del norte cavaron para intentar invadir el sur. El primero fue descubierto en 1974, el último en 1990.

Dentro de la DMZ existen dos pueblos de civiles, uno el sur de 200 personas a quienes se les exime de pago de impuestos y servicio militar obligatorio.

Y otro en Norcorea, muy bien diseñado, casi lujoso y que aparente una buen vivir de los ciudadanos. Sin embargo, el gobierno del sur asegura que se trata de un pueblo fantasma donde nadie vive. Es solo de uso de soldados y con fines propagandísticos del régimen del norte.

Camino a Gimpo, municipio colindante entre Corea del Sur y Corea del Norte. Las recientes amenazas y provocaciones obligaron a las autoridades a crear un perímetro de seguridad en la frontera para prohibir el paso a los civiles.

Solo un permiso especial del alcalde nos da por unos minutos acceso, pero siempre bajo la custodia del ejército de Corea del Sur. Debido a que la única frontera es un río de fácil tránsito para cualquiera de los dos frentes.

La intranquilidad de las autoridades es alta.

Han Seung Hee es administrador de esta base militar. Cuenta que mientras hacemos la visita, en las montañas del otro lado a muy poca distancia el ejército del norte vigila muy atento.

"Saben que estamos aquí, nos están viendo" dice.

Por ser uno de los puntos más cercanos entre las dos coreas, se pretende que sea el lugar donde se firme la reunificación, pero por las últimas provocaciones está lejano.

Las provocaciones del norte han frenado pequeños intentos de unificación con el sur. Solo pocos días antes de la última prueba nuclear había libre paso de surcoreanos por el río hacia tierras norcoreanas.

El gobierno del sur ha fijado una posición fuerte de condena.

Los canales de comunicaciones en las dos coreas están totalmente rotos. No solo las pruebas nucleares, sino el lanzamiento de misiles de largo alcance alteran la calma para las autoridades.

Pero, ¿qué piensan los ciudadanos coreanos sobre las amenazas? Y, ¿cómo ha tomado la pequeña colonia costarricense en Corea del Sur las tensiones con su vecino del norte?

Las respuestas en el segundo reportaje de Telenoticias.