Por Ignacio Santos |16 de octubre de 2015, 14:02 PM

Costa Rica está perdiendo la lucha contra el narcotráfico. Los narcotraficantes, con el apoyo de funcionarios corruptos y ciudadanos sinvergüenzas, avanzan día a día.

Policías costarricenses, ejemplares, con recursos limitados, con salarios de hambre, con una total desproporción frente al millonario negocio del narcotráfico arriesgan sus vidas para protegernos a todos de este mal.

Por eso, resulta inconcebible -no podemos entender-, cómo ahora se condiciona a un previo permiso legislativo, que puede demorar días, el apoyo de aviones dotados de alta tecnología para ayudarnos a combatir al tráfico de drogas.

No tenemos los recursos tecnológicos que tienen estas naves, nuestras lanchas guardacostas deben darle risa a los narcotraficantes que deben estar muy contentos de saber que este fin de semana sus lanchas podrán avanzar en fila india, transportando toneladas de drogas ante la ausencia del avión del patrullaje conjunto detectando sus movimientos.

Patética y vergonzosa señal le damos a nuestros policías que se juegan su vida en la lucha contra los narcotraficantes. 

Prohibir el paso de naves militares, artilladas, por nuestro país es una obligación de los diputados y autoridades nacionales.

Algo muy distinto, radicalmente distinto, es impedir que una nave no artillada y sin ningún objetivo ni motivación militar quede, a partir de mañana, fuera de la guerra desigual que damos contra el narcotráfico.

Ningún diputado ni funcionario de escritorio han arriesgado ni el peinado luchando contra los narcotraficantes... Lo menos que pueden hacer es permitir que los que se juegan la vida diariamente tengan los recursos mínimos para sí dar la lucha en la primera fila.    

Permiso para que las naves militares de cualquier país pasen por nuestro territorio, está muy bien.

Impedir que naves,  ni artilladas ni militares, que nos apoyan con recursos tecnológicos que no tenemos puedan seguir ayudando a nuestras autoridades en su heroica y desigual lucha contra los narcotraficantes es un inmenso error, una pésima señal y una falta de compromiso en la lucha contra el narcotráfico. 

Esos delincuentes que este fin de semana, ante la ausencia del avión de patrullaje conjunto, pasarán cientos de kilos, probablemente toneladas de droga por nuestro espacio aéreo y las aguas nacionales gracias al inaudito documento que los obliga a pedir permiso a una Asamblea que a veces parece más preocupada en ver cómo se recetan días libres.

La lucha contra el narcotráfico es de todos. Señores diputados, señores del Cetac. Pongan su grano de arena. Es lo mínimo que pueden hacer, por elemental respeto y solidaridad humana con los humildes policías que si ponen el pecho, ellos sí, que sí se juegan la vida cada día en la línea de fuego en esa guerra desigual contra los narcotraficantes.