Por Daniel Jiménez |8 de mayo de 2024, 14:58 PM

¡Hala Madrid y nada más! Así de simple. Para quienes dudan de las noches mágicas en Champions, de la mística del Bernabéu, del ADN del Real Madrid. Lo de este miércoles es una oda a la grandeza merengue, a esa que se ha construido por partidos como estos, por momentos en que todo está perdido, pero no para un madridista.

Así tal cual fue el partido que le permitió al Madrid remontarle al Bayern Múnich 2-1 y citarse frente al Borussia Dortmund en la gran final de la Champions el 1° de junio en Londres. 

Esa tensa calma con la que se vive una semifinal de Champions es lo que hace grandes e históricos a los equipos. Hay que hablar de que el Bayern supo jugar el partido y tuvo al Real frente a las cuerdas. 

Alphonso Davies (68') protagonizó un verdadero golazo para silenciar el Bernabéu. Este tanto eliminaba al Madrid con un 2-3 en el marcador global de la serie.

Pero es que aquí sale a relucir todo eso que les conté al inicio, lo que ADN madridista, lo que las noches mágicas, lo del equipo más ganador de La Orejona.

Ancelotti movió su banquillo y cuando se quedaba sin ideas apareció desde la suplencia Joselu, ese atacante criticado por muchos, pero que este miércoles saldrá en hombros del estadio.

Un doblete "in extremis" de Joselu (88' y 90+1') permitió desatar la locura no solo en el Bernabéu sino en todas las partes del mundo en que se encuentre un aficionado merengue.

El tanto del 88' viene precedido de un grave error del portero Neuer, quien parecía imbatible en el juego.

Además, el gol definitivo llega luego de una polémica acción en la que podría existir fuera de juego, pero luego de analizarla en el VAR, el réferi lo dio como gol válido.

Todo es fiesta, todo es ¡Hala Madrid! El Real está en una nueva final de Champions.

Davivienda-UEFA